Moody’s duda de la rentabilidad de participar en el Mundial de Fórmula 1
Afirma que solo Ferrari se beneficia de su prolongada presencia en las carreras
La Fórmula 1 se ha percibido siempre como una herramienta inmejorable para la innovación técnica y tecnológica en el automóvil. Pero la agencia de calificación Moody’s cree que esto no se traduce en una mejor imagen de marca que incremente las ventas. Al menos, en la mayoría de equipos.
La agencia cree que las escuderías que se encuentran en las posiciones intermedias del mundial “pueden tener un impacto negativo en el valor de marca de su fabricante”, en particular, dice, “si se presenta como un líder tecnológico y demanda un extra por sus productos”.
Los gastos estimados de una escudería que opta al título puede llegar hasta los 250 millones de euros, según el informe de Moody’s, destinados al desarrollo del coche y la contratación de pilotos e ingenieros. Solo Ferrari se beneficiaría de forma clara de su presencia en el mundial desde 1950. Flak Frey, vicepresidente de la agencia y autor del informe, dice que el 90% que Fiat tiene de Ferrari no le proporciona una mejor imagen de marca, y tampoco le ayuda a mejorar sus ventas en ninguna de sus marcas, ya sea Fiat, Alfa Romeo o Lancia. En cambio, Ferrari sí contribuye de forma destacada en el rendimiento financiero de Fiat, dados sus “sólidos resultados operativos”, reforzados por una historia con 15 mundiales de constructores y 16 de pilotos en la prueba reina del automovilismo.
En otros casos, como el de Daimler y su escudería Mercedes, la influencia no es perceptible. Los discretos resultados desde que retornase a la Fórmula 1 con una escudería propia en 2010, con un quinto puesto como mejor resultado en el mundial de pilotos, hace que “no contribuya de forma positiva al rendimiento financiero ni al valor de la marca Mercedes”. Se calcula que Mercedes ha invertido entre 200 y 300 millones al año en el equipo. Daimler tuvo que salir al paso de los rumores que señalaban el abandono del proyecto.
Frey relaciona la incapacidad para pelear por el título con las precipitadas salidas del mundial de fabricantes como BMW, Toyota, Honda y Jaguar, y con el hecho de que Renault haya abandonado su escudería propia para centrarse en la fabricación de motores para otras.