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Ángel de Cabo: “Yo estoy bien ¿y tú?"

Al apercibirse de que estaba siendo fotografiado, Ángel de Cabo, el empresario valenciano detenido junto a colaboradores suyos y Gerardo Díaz Ferrán el pasado tres de diciembre, solicitó a los guardias civiles que le acompañaban la eliminación de las imágenes. “Tiene que borrarlas, tiene que borrarlas”, dijo, esposado. Atendiendo al requerimiento de los guardias civiles, las fotografías de De Cabo en los juzgados de Plaza de Castilla, tomadas el jueves con un teléfono móvil, fueron suprimidas. A continuación este diario trató de mantener una conversación con De Cabo mientras esperaba junto a los dos guardias civiles para subirse a un ascensor; más o menos, este fue el cruce de palabras: 

-Hola Ángel, cómo está.

-Yo estoy bien ¿y tu?

-Muy bien. Nos conocimos en la Audiencia [Ángel de Cabo declaró el pasado año en la Audiencia Nacional por un asunto relacionado con Nueva Rumasa].

-Sí, sí, lo se.

-Le veo bien [a pesar de llevar ya más de tres meses en prisión, el aspecto físico, a primera vista, de De Cabo no es malo, aunque ha perdido peso].

-Con lo que habéis sacado…

-Hombre… es información de autos judiciales.

-Sí, ya, ya [en tono irónico].

También ha estado en Plaza de Castilla, esposado y acompañado de guardias civiles, el ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. “Ahora estoy un poco mejor”, comentó el anterior dueño de Marsans a los guardias civiles que le acompañaban, según un testigo de la conversación. “Yo siempre he admirado mucho al cuerpo de la Guardia Civil”, les dijo Díaz Ferrán, que posee la Cruz de Plata de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil.

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco impuso a Díaz Ferrán y De Cabo las mayores fianzas acordadas en la historia judicial española, 30 y 50 millones de euros, respectivamente. Cantidades que posteriormente se han ido reduciendo. Ambos están acusados de varios delitos, entre ellos los de blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, relacionados con la quiebra del grupo Marsans.

En mayo de 2010 Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual, fallecido el pasado año, anunciaron el traspaso de Marsans a una sociedad creada para ello por Ángel de Cabo, Posibilitum. Prácticamente al mismo tiempo se solicitaba la declaración de concurso de Marsans, que hoy está en proceso de liquidación.

En septiembre de 2011 se comunicó el traspaso por parte de la familia Ruiz-Mateos de las empresas que componían el grupo Nueva Rumasa a otra sociedad creada por De Cabo. También en este caso las empresas del grupo de la abeja se encontraban en situación concursal.

En 2009 De Cabo llevó a cabo una operación similar a las dos anteriores, la compra del grupo de construcción Teconsa, que igualmente se declaró prácticamente al mismo tiempo en concurso de acreedores.

De acuerdo a textos judiciales y testimonios de fuentes que han participado en las tres operaciones, las sospechas apuntan a que De Cabo acordaría con los dueños de las compañías (Díaz Ferrán y Pascual en Marsans, la familia Ruiz-Mateos en Nueva Rumasa y la familia Martínez Núñez en Teconsa) la asunción del proceso concursal de las compañías para tratar de desviar activos que no cayeran en manos de acreedores.

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