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Enero, el mes que Hacienda paga impuestos

Era previsible el ejercicio de funambulismo practicado por el Gobierno a cuenta del déficit. Quizá no tanto su calibre, o lo corto de su recorrido. Aunque quizá ya de igual; el Ejecutivo sacó pecho por el 6,7%, recibió parabienes y, total, si al final la cifra real debería ser un 7,2% (más otros tres puntos y pico de las ayudas a la banca), ¿a quién le importa?

Ya dijo Bruselas que sus cálculos para España hacían prever un déficit del 7%, pero que quizá en la semana transcurrida entre la previsión europea y el anuncio de Mariano Rajoy podría haber sucedido algo que cambiase las cifras. Y sucedió. Los ingresos fiscales en el mes de enero se desplomaron un 37% porque Hacienda se llevó a diciembre toda la recaudación que pudo.

Claro que no es la primera vez que Montoro juega con los plazos recaudatorios para cuadrar cifras. El aumento de los pagos fraccionados del impuesto de Sociedades supuso, según reconoció el propio Montoro, otros 5.925 millones de euros. En este caso no es dinero que Hacienda deje de devolver, sino que lo cobra por adelantado... para dejar de ingresarlo en este 2013.

Evidentemente, cada acción tiene sus consecuencias, y el maquillaje de cifras de Hacienda tiene varias. Claro que para determinar si la credibilidad de los ajustes se ve afectada habría que precisar a quién tratan de convencer dichos ajustes, si a los inversores o a los funcionarios de Bruselas.

La segunda consecuencia es de peor digestión. Si hay algo que estrangula a las empresas españolas es la falta de crédito y los problemas de liquidez, en gran medida derivados de los impagos. Y estas décimas de PIB que el Gobierno ha arañado han venido de las cuentas de las empresas. En otras palabras, y por decirlo llanamente, el Gobierno ha cumplido el objetivo de déficit cobrando pronto y pagando tarde y mal.

Dicho esto, a partir de ahora, o bien Hacienda vuelve a sus costumbres y debe aumentar el déficit de 2013 en casi un punto (entre adelantos de pagos y retrasos de devoluciones suman 10.000 millones), o sigue con la política de este año y, mientras el Ejecutivo presume de apoyo a los emprendedores, retiene 10.000 millones que deberían estar en las cuentas de las empresas.

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