Bankia sufrió una fuga de depósitos de 22.300 millones el año pasado
En porcentaje, la salida supuso el 18% de los recursos de clientes. La entidad defiende que la pérdida de depósitos se estabilizó en el último trimestre.
La entidad fue rescatada en mayo. Luis de Guindos forzó la salida de Rodrigo Rato de la presidencia y lo sustituyó José Ignacio Goirigolzarri. El pasado ejercicio, la entidad sufrió una abrupta caída de depósitos de clientes. Finalizó con 101.647 millones de euros en cuentas corriente, de ahorro y plazos fijos, frente a los 123.922 millones de euros con los que concluyó 2011.
Bankia explica que la caída se debe, entre otros motivos, a la amortización de cédulas singulares por importe de 4.079 millones de euros, a la caída en cesiones temporales de activos en 2.542 millones, de euros y la reducción de 7.633 millones de euros en cuentas a la vista (cuentas corrientes y cuentas de ahorro) y a un descenso de 8.020 millones de euros en el resto de depósitos minoristas a plazo.
Es más, la entidad financiera defiende que la pérdida de depósitos se estabilizó en el último trimestre. "Los depósitos de clientes calculados en términos estrictos; es decir, descontando las cesiones temporales y los títulos hipotecarios singulares e incorporando los pagarés minoristas emitidos por Bankia, sumaron 95.334 millones de euros al cierre de ejercicio", sentencia en el informe de resultados.
La caída de los depósitos calculados en "términos estrictos" fue por tanto de 14.526 millones de euros en el conjunto del. Es decir, del 12,8%. La buena noticia es que el descenso respecto al cierre de diciembre fue de un escueto 0,1%.
Los depósitos no residentes a cierre de 2012 sumaban 2.444 millones: el descenso es de 24.096 millones. Si bien, este dato es "consecuencia de la menor actividad de financiación a través de plataformas de negociación y cámaras de contrapartida europeas". La entidad ha ido sustituyendo esta financiación por la liquidez suministrada por el BCE a través de sus subastas de liquidez. En diciembre de 2012 y febrero de 2013 el Banco Central bombeó a la banca europea más de un billón de euros de liquidez.