La obra pública en 2012 empeoró los registros de la crisis de los noventa
Las seis grandes pierden 20 puntos porcentuales de cuota en cinco años Las obras adjudicadas en 2012 suman 4.188 millones frente a los 25.000 de 2007
España estaba por hacer en los noventa y Europa ayudaba a crear infraestructuras como el AVE o a desdoblar carreteras. Seguramente por eso la obra pública consiguió ser un pilar cuando en 1992 el país entra en recesión y en 1994 toca un techo de paro por encima del 20%. El periodo 1992-1996 fue crítico, pero mostró una estabilidad en el volumen de obra adjudicada, en el entorno de los 6.000 millones, que dos décadas después ya no se alcanza.
El pasado ejercicio el gobierno central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos firmaron contratos por 4.188 millones, frente a los 7.370 millones de 2011 y los casi 25.000 millones de récord en 2007, según datos que manejan las constructoras. Las adjudicaciones de los ayuntamientos, que rozaron los 5.000 millones en 2004 o 2008, se quedaron en 485 millones el año pasado; las comunidades autónomas, acuciadas por el déficit, concedieron proyectos por menos de 1.400 millones, cuando la regla general entre 2002 y 2007 era sobrepasar con creces los 7.000 millones, y el Gobierno central dio obra pública por unos 2.400 millones este último ejercicio, cifra semejante a la de 1991 y ya inferior a la de 1992.
Esta actividad ha vuelto 20 años atrás y no aprecia síntomas de reanimación. La próxima noticia puede ser la de un importante recorte de empleo en FCC en cuanto vea la luz el plan estratégico, previsiblemente en marzo. El grupo que preside Esther Alcocer ha pasado de facturar 3.900 millones por obra local en 2008 a una cifra que a buen seguro no llegará a la mitad en las cuentas de 2012, aún por presentarse. Entre sus competidores se han generalizado caídas de cifra de negocios de esa índole y una merma de la cartera doméstica de obras superior al 15% año a año durante la crisis.
En este contexto, las seis cotizadas (ACS, Ferrovial, FCC, Acciona, OHL y Sacyr) han visto reducido un protagonismo que viene de lejos: copaban una cuota de mercado del 67% sobre la obra pública española adjudicada en 1992, se mantuvieron muy por encima del 60% hasta el año 2000 y desde esas cimas han ido cayendo hasta el mínimo del 32% de 2011 o al 42,4% del pasado 2012.
La creación de todo un sector al calor del boom inmobiliario y de las infraestructuras dio lugar a decenas de empresas que hoy pujan por todo aquello que sale a concurso. Desde Fomento se anima a dar el salto al exterior, mientras se trata de articular mecanismos para la colaboración público-privada a la vista de que la licitación pública volvió a descender un 45% el año pasado. La ministra Ana Pastor recuerda que empresas españolas han conseguido obra exterior por 23.400 millones en 2012, muchas veces de la mano de empresas públicas como Ineco, Adif o Renfe.
Pero no todas las compañías de la construcción, y por descontado los fabricantes de materiales como el cemento, pueden basar su sostenibilidad en la exportación. Desde la patronal Anci se ha demandado al Gobierno un crédito especial que inyecte entre 6.000 y 7.000 millones de euros extra al presupuesto de Fomento. El colectivo, junto a la otra patronal de empresas medianas de obra pública, Aerco, pide que los proyectos que promueve el Gobierno sean fragmentados en concursos de 20 a 50 millones para que pueda haber un reparto entre los tres centenares de contratistas de Fomento. La práctica desaparición de contratos de ayuntamientos y comunidades autónomas, donde las medianas vienen copando más del 70% del volumen adjudicado tiene a este tipo de compañías contra las cuerdas.
Más de 250.000 millones en contratos
En los últimos 20 años se han adjudicado obras en España por 252.000 millones, incluidas las concesiones. De esa cifra, las constructoras cotizadas han ejecutado 123.000 millones que han ido compartiendo con centenares de empresas de distintos tamaños al abrir los consorcios a socios más pequeños o a través de la subcontratación.
A septiembre de 2012, la cartera de obra nacional de ACS, FCC, Ferrovial, Acciona, Sacyr y OHL sumaba 17.150 millones, con caídas de doble dígito sobre 2011 y siendo ya notablemente inferior a los contratos que tienen fuera de España (71.830 millones de euros, el 65% de los contratos de ACS).
El Gobierno tiene entre manos distintas opciones para reanimar la actividad como un plan de mejora de las autopistas maduras a cambio de mayor plazo de explotación, a programas de rehabilitación de vivienda, la implantación del tercer hilo de vía en el corredor ferroviario del Mediterráneo o la conexión de los puertos con la red ferroviaria y los polos logísticos.