Vía Crucis por el mundo
La Semana Santa es una oportunidad para aunar recorridos de máxima espiritualidad con otros más lúdicos
Cualquier época y cualquier excusa es buena para hacer una escapada y las vacaciones de Semana Santa son una buena ocasión para hacer las maletas con más o menos recorrido según los días de asueto. Sin fecha fija en el calendario, esta festividad conmemora cada año en los países cristianos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Este año la Semana Santa comienza el 24 de marzo, con el Domingo de Ramos, y acaba una semana después, con el Domingo de Resurrección, aunque en algunas comunidades se alarga el periodo vacacional hasta el Lunes de Pascua. A pesar de que estas fechas tienen un marcado carácter religioso, creyentes y ateos aprovechan estos días para actividades lúdicas.
Como cada vez más españoles planifican anticipadamente sus vacaciones y distribuyen sus días de descanso fuera de la época estival, la Semana Santa es una magnífica oportunidad para realizar pequeñas escapadas de cuatro o cinco días o, si se dispone de más tiempo, saltar a otros continentes.
En el primer caso, es una buena ocasión para pequeñas escapadas y recorrer a pie ciudades emblemáticas para el cristianismo como Jerusalén, la ciudad tres veces santa y cuya historia está llena de conflictos que llegan hasta hoy. Roma, sede del Vaticano, también es un buen lugar para viajar y disfrutar de sus encantos. Sevilla, cuya Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional, es siempre un gran reclamo.
La Pascua se vive en las calles de todos los países cristianos como una gran fiesta
Si se dispone de más días, uno puede disfrutar del sincretismo religioso de Ayacucho o, si prefiere las emociones fuertes, dar el salto hasta Filipinas, el único país católico de Asia, y luego descansar en alguna de sus playas.
Mil y un rincones con historia milenaria
ROMA, ITALIA. La ciudad eterna merece más de una visita y nunca nos dejará indiferentes. Con más de tres milenios de historia, Roma es el centro espiritual del catolicismo y una de las ciudades más bellas del mundo por su conjunto arquitectónico que revela las ruinas de su antiguo esplendor y una colección de obras de arte de incalculable valor. Recorrer las calles de Roma es toparse en cada esquina con un pedacito de historia y no se acaba nunca. El Coliseo, el Foro, las catacumbas de la Vía Apia, la basílica de San Pedro o la Capilla Sixtina son solo algunas citas ineludibles.Las celebraciones de Semana Santa son de las más concurridas y es una ocasión única, incluso para los no creyentes, de asistir a una de las misas ofrecidas por el Papa, en medio de miles de peregrinos llegados de todo el mundo.
Un paseo por los lugares de culto más sagrados
JERUSALæpermil;N, ISRAEL. La ciudad santa, Jerusalén, es un destino especial. Perderse en sus callejuelas es un recorrido por la historia y por los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas, recreando una atmósfera única. La puerta de Damasco da entrada a la Vía Dolorosa, las 14 estaciones que recorrió Jesús antes de ser crucificado y donde hoy se erige la iglesia del Santo Sepulcro. A un paso, el Muro de las Lamentaciones, sagrado para los judíos, o la Cúpula de la Roca, para los musulmanes, son visita obligada.
El Calvario de Cristo convertido en un espectáculo extremo
SAN PEDRO DE CUTUD, FILIPINAS. La Semana Santa de San Pedro de Cutud, un pueblo filipino a 70 km al norte de Manila, tiene fama de ser la más sangrienta del mundo y de atraer cada año numerosos turistas. No en vano, sus habitantes recrean sin trampa ni cartón el Calvario de Cristo. Con realismo extremo, unos 14 lugareños acaban crucificados en lo alto del monte Burol, el Gólgota local, bajo un sol tropical y temperaturas de 35 grados. Antes habrán recorrido dos kilómetros con una corona de espinas y una cruz de madera de 50 kilos a cuestas y durante el camino serán flagelados. Esta tradición se remonta al siglo XVI, pero se popularizó en los noventa. Después, para relajarse, uno puede dirigirse al oeste hasta la paradisiaca playa de El Nido, en el archipiélago de Palawan, considerada una de las más bellas del mundo.
Entre la devoción religiosa y el entusiasmo pagano
AYACUCHO, PERæscaron;. Por si fueran pocos los atractivos que su pasado precolombino y colonial le otorgan, Ayacucho presume de celebrar una de las Semanas Santas más impactantes del mundo cristiano, caracterizada por la mezcla del fervor religioso y las ceremonias paganas. Destacan sus imponentes procesiones, como la del Encuentro, a la que acompaña la población portando velas en silencio, o la del Domingo de Resurrección, que termina con una carrera de caballos conducida por indígenas morochucos. Ayacucho, situada en el extremo noroccidental de Perú, a 600 km de Lima y a casi 3.000 metros de altitud en los Andes, es conocida como la ciudad de las iglesias por sus templos renacentistas y barrocos, pero también por sus mansiones coloniales, ruinas arqueológicas, sus famosos retablos y su rica gastronomía.
De paso en paso hasta que se haga la 'madrugá'
SEVILLA, ESPAçA. Sevilla siempre merece una visita, pero si esta coincide con sus fiestas mayores, Semana Santa o la Feria de Abril, casi inmediatamente después, las sensaciones serán indelebles. Con siglos de tradición y copiadas en todo el mundo, las procesiones de Sevilla son un espectáculo y las imágenes que acompañan los pasos, verdaderas obras de arte que van más allá del fervor religioso. Unas 60 cofradías hacen la Carrera Oficial, un recorrido que si inicia en la plaza de la Campana, sube la calle Sierpes hasta desembocar en la catedral, donde hacen la estación de penitencia. La madrugá del Jueves Santo es la más especial. El desfile de las cofradías, en la madrugada, es por antigüedad: primero pasa la Hermandad del Silencio, la más antigua, y por último, la de los Gitanos, la más moderna.