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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un año para volver a salir de compras

La mejora de las perspectivas macroeconómicas y la lenta recuperación de la estabilidad en los mercados comienzan a reflejarse de forma incipiente en algunos sectores económicos. Es el caso del mercado de fusiones y adquisiciones internacionales, que ha comenzado 2013 con fuerzas renovadas y un saldo de operaciones cuyo montante duplica ya el realizado durante el mismo periodo del año pasado. Los datos del último informe Global M&A Predictor de KPMG auguran que este será un año propicio para llevar a cabo concentraciones corporativas.

Como ejemplo, hay que destacar tres grandes operaciones llevadas a cabo en Estados Unidos y que sitúan el importe total de M&A desde el 1 de enero en el mercado norteamericano en 158.500 millones de dólares. Se trata de la compra de Heinz por Berkshire Hathaway, la fusión de American Airlines y US Airways y la oferta revisada de la cervecera Anheuser- Busch InBev para recuperar la mexicana Modelo. Todas ellas constituyen buenas muestras de lo que parece el inicio de un cambio de tendencia, además de ser operaciones de un enorme volumen.

Los factores que explican el repunte de la capacidad y de la voracidad inversora de las compañías son principalmente dos: el esfuerzo de desapalancamiento llevado a cabo en las organizaciones a lo largo de los últimos dos años y el freno inversor que la desconfianza ha impuesto hasta el momento. Esa política de saneamiento financiero y austeridad ha situado al tejido empresarial en condiciones de poder volver a salir de compras al mercado en busca de nuevas y buenas oportunidades. Pese a que todavía estamos comenzando el presente ejercicio y la mejora de las previsiones macroeconómicas -especialmente en lo que atañe a Europa- no se augura inmediata, todo indica que algo está comenzando a moverse en el escenario empresarial.

El cauto regreso de la confianza, ese intangible sin el cual no puede darse ningún tipo de recuperación económica, comienza a percibirse ya en las grandes organizaciones empresariales y, por tanto, también en las grandes operaciones corporativas. Estas primeras señales, que llegan con fuerza desde el mercado estadounidense, deberán todavía trasladarse a otras grandes compañías, especialmente a aquellas cuyo coste de financiación todavía es elevado y que tienen pendiente un ejercicio de saneamiento financiero.

Como sucede en toda crisis económica, el mercado parece estar listo para ofrecer oportunidades de concentración corporativa que constituyen una apuesta estratégica. Aquellas compañías que jueguen con mayor habilidad sus cartas no solo crecerán, sino que también estarán mejor preparadas para afrontar el futuro.

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