Estimado presidente...
Estimado presidente:
No es fácil su trabajo, pero si una superestructura aparatosa lo intermedia, entonces se hace inasumible.
Que no le engañen, usted tiene solo dos frentes abiertos: el frente/país y el frente/partido. Para resolver los problemas del primero, muchos y gordos, no le queda más remedio que reactivar la economía, algo que España no logrará sola, pero que nunca conseguirá sin un apoyo decidido e inteligente a las empresas... Pero solo a las que lo merecen, que hay muchas. Porque lo demás vendrá dado, empezando por ese empleo que siempre ha marcado como prioridad en su política. Y ahí no vale la salida de que no ha cumplido con sus promesas pero sí con su deber ('The Economist'), porque para este caso son lo mismo.
Esos 3.500 millones de euros que va a destinar a promover el empleo juvenil me preocupan. Y mucho más porque urgen soluciones eficaces para insuflar vida a la generación muerta que estamos creando... y no solo para el mercado laboral. Me preocupa perder de nuevo mucho dinero público por los desagües de una formación demostradamente inútil, salvo para quienes aprovechan el mecanismo en beneficio propio. Esos que nunca son responsables, pero siempre ponen la mano pastueña a tiempo.
Lo del frente/partido es más complicado, pero es imprescindible resolverlo para despejar el primero. Tiene que ver con la mejor tradición del 'una colorado que ciento amarillo', con esa que refleja bien su "¡vaya tropa!", con "el vano ayer" que tanto daña... Aquí deberá adelantarse, sacar el aguarrás y remangarse. Si no lo hace, la inmundicia le va a ganar por la mano. Y esa colada, no lo dude, también ha de pasar por el Consejo de Ministros. Es lo que está esperando "la España de la rabia y de la idea". De lo contrario, vaya planteándose lo del registro.
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