El pacto más necesario que todos deseaban
El Gobierno de Rajoy ha arrancado a sindicatos y patronal el primer gran pacto de la legislatura, y casi del ciclo de la crisis, para buscar una salida, un alivio al menos, a las altas tasas de desempleo juvenil. Entre todos han diseñado una Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, cofinanciada por la Unión Europea, que movilizará casi 3.500 millones de euros entre este y los tres años siguientes, y que pretende poner en marcha la gerenación de nueva contratación para que la tasa de paro juvenil, que en España alcanza valores que superan el 50%, deje de ser sonrojante. Hay que valorar la sorprendente aportación constructiva de unos sindicatos que, por mantener una bandera crítica con las políticas de ajuste de este y del anterior Gobierno, han dado la espalda durante toda la crisis al compromiso obligado de buscar soluciones de consenso. Durante los cinco años largos de crisis, en los que se han destruido más de tres millones de empleos, no han encontrado argumentos para encajar la obligada austeridad del gasto público, la imprescindible flexibilidad normativa para facilitar el ajuste de plantillas hoy y la regeneración mañana, o la reforma de los sistemas de protección, y han limitado sus aportaciones a un pacto salarial que la propia realidad ha ogligado a corregir.
Ha sido determinante el reconocimiento por parte de la Unión Europea de la situación extrema en la que se encontraba el empleo juvenil en España, para que Gobierno, patronal y sindicatos se hayan puesto las pilas para frenar la sangría. Por ello contarán con un presupuesto mayoritariamente financiado por Bruselas, ante el escaso margen de maniobra que tiene el español, y centrarán los esfuerzos tanto en la contratación de jóvenes, como en el emprendimiento, como mejor mecanismo de generación de proyectos empresariales con efecto multiplicador sobre la ocupación. Además, una parte del progrema pretende rescatar a los colectivos que habían abandonado su formación en pos del dinero fácil de actividades como la construcción, para recualificarlos en economías alternativas.
Esta estrategia contiene cien medidas de estímulo y ayuda, con quince de ellas de mayor entidad que pretenden reforzar la contratación para obtener resultados relativamente rápidos. Pero que nadie espere que esta receta resolverá la situación, ni siquiera que dará la vuelta a la variable desempleo de un día para otro. Falta ajuste de empleo, y debe concluirse antes de la recuperación. Pero la confianza que precisan los emprendedores y los inversores precisa de señales como esta, de consenso nacional, sobre todo cuando las pistas de recomposición financiera de España estaban comenzando a neutralizarse con una confrontación política muy subida de tono. No obstante, las causas de la acidez política deben afrontarse y erradicarse en todo caso, porque también perjudican al clima de los negocios.