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Columna
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El rigor fiscal griego trae problemas

Grecia está cumpliendo y batiendo sus objetivos fiscales por primera vez desde que recibió el rescate de 2010. Esta tendencia se debe a los recortes en el gasto y muestra que los ajustes del país están dando progresos. Pero podría no servir. La austeridad está golpeando al consumo, amenazando la base de ingresos del país.

El déficit presupuestario de 2012 llegó a 15.700 millones de euros, un 8,1% del PIB, frente al objetivo de 16.300 millones. El déficit primario se quedó en el 1,8% del PIB, también mejorando las expectativas. La pega es que estos aparentemente buenos resultados vienen de los recortes de gastos. El gasto primario en enero descendió un 19% en comparación con el de un año antes. Bajó un 8,6% en 2012, frente al objetivo del 7,7%.

El nuevo año ha confirmado la tendencia. El gobierno registró un superávit primario de 398 millones en enero, contra un déficit previsto de 413 millones. A pesar de que los ingresos se quedaron por debajo de lo esperado por la caída de la recaudación del IVA, los recortes en la devolución de impuestos e inversiones públicas permitieron al gobierno superarse.

Tiene sentido que el gobierno se concentre en cumplir sus objetivos. La diligencia ha asegurado el desembolso de la ayuda de la eurozona y el FMI, y jugó un papel crucial en mejorar la visión externa hacia Grecia. Un superávit primario un 70% superior a la meta marca puede ser usado para política social, en lugar de para el pago de la deuda, un importante incentivo dado el tamaño de los recortes en pensiones y subvenciones.

Pero la continuidad de la austeridad podría traer el final de esta serie de buenas noticias. Mientras que ya se incluye alguna contracción en futuros objetivos, la caída de la recaudación del IVA podría ser la señal de que el consumo se está contrayendo más rápido de lo previsto. Además, las ventas minoristas cayeron un 16,8% anual en noviembre, el último mes con datos. En algún punto, el fervor fiscal puede no ser una brillante idea.

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