Guindos diseña un plan B por si fracasa la subasta de Catalunya Banc
Economía y el FROB preparan un plan alternativo por si al final las ofertas que pueda presentar la banca por Catalunya Banc no son razonables y se suspende su subasta. De momento, el número de bancos que están dispuestos a presentar una oferta vinculante se reduce a dos: Santander y BBVA. El FROB no quiere vender la entidad catalana por debajo de los 1.000 millones. La banca estaría de acuerdo con que la firma se vendiera troceada. Otra posibilidad es crear un banco público con Bankia y Catalunya Banc.
Santander y BBVA no quieren que se vuelva retrasar la subasta de Catalunya Banc, según dejaron claro sus respectivos presidentes en sus presentaciones de resultados. Tanto Emilio Botín como Francisco González creen que la reestructuración del sistema financiero español se ha retrasado ya demasiado, por lo que hay que agilizar las subastas de las entidades nacionalizadas, a excepción de Bankia, dado su tamaño sistémico.
El problema está en que el FROB no tiene todas consigo para conseguir un precio aceptable ante la próxima venta de Catalunya Banc, ahora en proceso de due diligence. Los dos grandes bancos quieren que la subasta de la firma catalana cuente con un esquema de protección de activos (EPA) como ha ocurrido en el resto de las entidades subastadas.
Pero el FROB ya ha comunicado a todos los posibles interesados que los EPA han finalizado tras el saneamiento de todos los bancos nacionalizados con una inyección de capital y con la salida de sus activos inmobiliarios a Sareb. Esta decisión ha enfriado bastante los ánimos de la banca por Catalunya Banc. Pese a ello, Santander y BBVA han reiterado su interés por la firma que preside Adolf Todó. "Ahora todo es cuestión de precio", declaró González la semana pasada.
El director general del FROB, Antonio Carrascosa, mientras, fue tajante al declarar en unas jornadas organizadas por CincoDías que si "no hay oferta razonable, Catalunya Banc no se vende". Y es que el Gobierno no está dispuesto a malvender esta entidad en la que se ha inyectado 9.084 millones de euros en capital público y ha recibido 6.708 millones en bonos sénior con garantía del Estado a cambio de los activos tóxicos que ha traspasado a Sareb.
El FROB ya ha comunicado a los potenciales interesados, entre los que también están Banco Sabadell y Banco Popular, que el valor en libros de la entidad catalana es ligeramente superior a los 2.000 millones, por lo que no está dispuesto a vender por debajo de los 1.000 millones. Esta advertencia ha rebajado considerablemente el interés de Banco Popular e incluso de Sabadell, que puede que ni siguiera presenten oferta en estas circunstancias.
El Gobierno, y sobre todo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el FROB preparan alternativas ante la posibilidad de que Catalunya Banc no se venda. La fecha clave ahora para presentar ofertas no vinculantes es el próximo 28 de febrero y dependiendo de ellas, el Gobierno se planteara o no suspender la subasta.
Ante esta posibilidad Economía y el FROB quieren tener ya el diseño de otras alternativas. Fuentes del ministerio, de hecho, recuerdan que Guindos dijo hace unos dos meses que estaban abiertas todas las opciones.
Varios bancos defienden la opción de que se trocee Catalunya Banc. "Puede que sea más rentable. Además, varios bancos estamos interesados en adquirir redes de esta firma", reconoce un banquero consultado. Su opinión es compartida por otras entidades que estarían de acuerdo en repartirse su red.
Bruselas, de hecho, dio a todas las entidades nacionalizadas un plazo de cinco años para su venta, que cumple en 2017. Antes, en 2015 como tarde debería haberse iniciado el proceso de venta o subasta.
Con esta amplitud de plazos, otra alternativa que maneja el FROB es esperar a que la situación económica mejore en el país, lo que parece que se puede producir, según han declarado todas las entidades financieras, en 2014. Sería entonces, o incluso un poco antes cuando se volviese a proponer su subasta. Pero antes, la entidad debería iniciar su proceso de adelgazamiento, como lo ha hecho Bankia y Novagalicia, lo que supone reducir su tamaño con el cierre de oficinas y poner en marcha un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE). En este proceso de adelgazamiento se podría vender oficinas en vez de cerrarlas, explican las mismas fuentes bancarias.
Otra opción que está sobre la mesa es crear una banca pública con la fusión de Catalunya Banc con Bankia, con José Ignacio Goirigolzarri como presidente. Eso sí, antes también habría que adelgazar el tamaño de ambas entidades, como pide Bruselas.
Esta solución es la menos probable, pero no es descartable del todo. Y es que el presidente de Catalunya Banc, Adolf Todó, hace tiempo que tiró la toalla y optó como solución para la entidad su subasta. Fue, de hecho, la propia antigua caja la que pidió ser subasta hace un año, pero las circunstancias han ido aplazando esta solución.
Todas las fuentes coinciden en que Todó hace tiempo que quiere dejar su cargo, decisión que conoce el FROB, pero el organismo público no encuentra un posible sustituto provisional.
créditos fiscales
Los bancos interesados en Catalunya Banc han pedido otra alternativa ante la falta de ayudas para su compra. Han reclamado un crédito fiscal, lo que supondría que el adjudicatario de la entidad catalana compensaría las pérdidas de esta con una rebaja en su factura fiscal. El temor que tienen los bancos es que aparezcan pérdidas futuras en su créditos de pymes, principalmente.