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Seguridad Social revela que falta mucho ajuste de empleo

Los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de enero revelan que falta mucha tela que cortar en la crisis del empleo. Las tasas de destrucción interanual de ocupación son las más altas desde 2009 (un 4,59%), y aunque se produjese una suavización acelerada de la tendencia, nadie evitaría al menos otro semestre con destrucción muy alta, de al menos un 2% de media, que acercaría el ajuste pendiente a los 350.000 puestos de trabajo.

Este segundo escalón recesivo de la economía española está teniendo un desempeño en materia de empleo muy similar al de 2009. Ahora se acumulan ya casi seis trimestres completos en los que la tasa de destrucción de empleo supera con holgura el 2%, y en enero ha registrado el mayor descenso desde 2009, con el citado 4,59%. Aunque es cierto que en términos desestacionalizados el ajuste de enero es más moderado que en el ejercicio pasado (una destrucción de 47.371 empleos, frente a los 263.243 que revela la afiliación nominal), todo apunta a que no se ha tocado, ni mucho menos, fondo.

La devastación del mercado laboral se nota especialmente entre los asalariados, con una pérdida de un 6,25% interanual en el régimen general, que más que duplica el de hace un año, y que solo fue superado en enero de 2009, con un descenso del 6,36%. Entre los autónomos el descenso ha sido mucho más moderado, de solo el 1,15%.

Las actividades en las que se concentrará el ajuste en los próximos meses seguirán siendo aquellas en las que se ha concentrado en el último año, como las actividades sanitarias (un 12% menos que hace un año), la administración pública (un descenso del 5,66%), el comercio, que ha perdido 80.000 personas en un año, y la construcción, con caída de más del 19% en un año, tras cinco años de crisis.

Las administración pública tiene el ajuste bastante apurado ya en la sanidad y la educación, y los descensos deberían concentrarse en las empresas públicas municipales y autonómicas. Y en las actividades privadas de mercado, seguirá siendo el comercio uno de los sectores más contractivos, porque la demanda interna sigue declinente, y seguirá así mientras la renta disponible de la gente no tenga garantías de recuperación, que, por otra parte, solo se producirá cuando lo haga el empleo.

Otro indicador que apunta a que no se ha agotado la destrucción es la generación de empresas, reflejada en el registro de altas del sistema. Persiste la caída, con la única excepción de empresas de más de 500 trabajadores. Todos los demás tramos de empresas, desde las individuales a las de tamaño mediano, siguen reduciendo su número de cotizantes. Sin que esta variable se recomponga, no lo hará el empleo, y aún no ha tocado fondo, a juzgar por la evolución reciente.

Esta evolución tan pesimista del empleo tiene su correlato en la situación de la Seguridad Social y en el gasto público por desempleo, además de contraer los ingresos fiscales. En los cinco años de la crisis la Seguridad Social ha perdido algo más de tres millones de cotizantes, y las cuentas del sistema de pensiones están en déficit. Si no hay una vuelta al crecimiento del empleo en breve, la reforma de la Seguridad Social no podrá esperar, y deberá acelerar el retraso de la jubilación, así como un cambio radical en las condiciones de acceso a las prestaciones de retiro, así como de sus cuantías de retorno.

Esa es la gran reforma social que falta a Rajoy, y no puede retrasarla más.

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