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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los bancos se apuntan al cambio de ciclo

Los cinco grandes bancos que operan en España han ofrecido ya al mercado (accionistas, inversores y clientela) sus cuentas de resultados y el balance de su actividad en 2012, el más complicado de cuantos se recuerdan, el que todos los gestores bancarios han calificado como "el peor año de la historia" para la actividad de la banca. Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Sabadell han contabilizado en 2012 un beneficio agregado de 1.732 millones de euros, con descensos variables pero en casi todos los casos por encima del 50%, y con las cuentas de Popular en pérdidas (de 2.461 millones de euros).

Lógicamente, y aunque en muchos casos se han registrado caídas en sus carteras de crédito por la restricción de la demanda y el endurecimiento de las condiciones y exigencias de la oferta, la causa fundamental de la contracción tan significativa del beneficio es el ejercicio de dotaciones exigidas por las autoridades para cubrir los riesgos inmobiliarios. Solo estas cinco grandes entidades han computado en 2012 provisiones para cubrir el riesgo derivado el crédito en actividades inmobiliarias e hipotecarias casi 19.000 millones de euros.

¿Han tocado fondo tanto la crisis como el negocio bancario en España? Las expectativas permiten construir proyecciones en ese sentido lo suficientemente positivas como para que muchos de los primeros gestores de los bancos en España hablen incluso de un cambio de ciclo en materia de actividad económica hacia finales de 2013 o en los inicios de 2014. Aunque el escenario es muy complejo, con gran dependencia del entorno exterior tanto para la actividad como para la financiación, la expectativa financiera para España ha cambiado, con reflejo incluso en los indicadores de riesgo y la toma de posiciones en los mercados de renta variable, por mucho que esta semana haya absorbido toda la revalorización del año por la eliminación del parapeto legal contra operaciones bajistas usando préstamos de valores.

Pero ha cambiado el escenario concreto al que se enfrenta la banca española, aunque siga sin despejarse plenamente el que determina si habrá más demanda de crédito solvente para que se ensanche el negocio. De hecho, la gran mayoría de los gestores bancarios son extremadamente cautelosos al hablar de la posibilidad de que se produzca un crecimiento de las carteras de crédito en 2013. Pero si la banca ha devuelto al BCE una parte notable, algunas entidades de manera completa, de la liquidez cuasigratuita proporcionada en las megasubastas de diciembre de 2011 y enero de 2012, es porque carece de agobios de financiación, a la que, además, el Banco de España ha puesto un límite en el coste, relajando de forma notable la presión sobre los márgenes de intermediación en la cuenta de resultados.

Independientemente de la evolución de estas variables, con el mercado crediticio y de captación de financiación estanco, la banca ganará bastante dinero en 2013. La provisión de todas las partidas exigidas para cubrir el riesgo inmobiliario de los balances en el año 2012 liberará una cantidad similar para la generación de recursos en 2013, y prácticamente todos ellos irán a engordar los beneficios atribuidos que este año han cercenado. Ese es motivo suficiente como para considerar que las cuentas de resultados de la banca despegarán en 2013, aunque el negocio bancario se mantenga anémico. Solo los cinco grandes grupos que este año pasado han provisionado casi 19.000 millones, aportarán 19.000 millones adicionales de beneficios, y hasta el Banco Popular, que este año ha tenido que registrar pérdidas, volverá a los números negros.

Además, las entidades ya capitalizadas y con las provisiones cubiertas, tendrán despejado el camino del negocio, puesto que las dañadas e intervenidas tendrán que limitarse a los márgenes marcados por el memorando de Bruselas. Así las cosas, los valores bancarios recuperan atractivo como alternativa de inversión, ya que hasta ahora estaban todos atenazados por las dificultades de algunos. Recuperan también el tradicional recurso al pago de dividendos a sus socios en pagos en metálico, tras haberlo practicado durante varios años, todos los de la crisis, con emisión de papel que suponía una evidente dilución del valor, puesto que se trataba de pequeñas ampliaciones de capital encubiertas.

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