Exdirectivos de Banca Monte dei Paschi son acusados de fraude
Un escándalo financiero de grandes proporciones está sacudiendo la vida política y económica italiana. El protagonista es el banco Monte dei Paschi, el más antiguo del mundo. La Justicia investiga por fraude a varios directivos por una serie de operaciones que supusieron un importante quebranto para los accionistas.
Hace una semana, la prensa italiana publicó que una arriesgada operación de derivados firmada en 2009 por su anterior presidente, Giuseppe Mussari, le habría acarreado al banco de Siena pérdidas superiores a los 220 millones de euros. Una maniobra fallida que vendría a agravar otros fiascos igualmente notorios de Mussari, de 50 años, quien estuvo al frente del banco desde 2006 a 2012. El Banco de Italia asegura que la entidad le había ocultado esa operación.
Para cubrir los desequilibrios patrimoniales de Monte dei Paschi di Siena (MPS), el Gobierno encabezado por Mario Monti aprobó ayudas públicas por importe de 3.900 millones de euros. Bruselas dio luz verde y ayer mismo, el Banco Central Europeo (BCE) reconoció que su presidente, Mario Draghi, había mantenido una reunión de urgencia con el ministro de Economía, Vittorio Grilli, para evaluar la dimensión del escándalo y su potencial efecto contagio sobre el resto del sistema financiero. Hoy mismo, Grilli deberá comparecer en el Parlamento para dar explicaciones sobre el caso MPS.
El escándalo de Monte dei Paschi, lejos de amortiguarse, está ganando inercia a medida que pasan los días y se acercan las elecciones en Italia (24 y 25 de febrero). El diario La Repubblica publica hoy que la fiscalía está investigando a Mussari y a otros dirigentes del banco (más de una docena, en total), por "fraude contra los accionistas de MPS", por la operación de derivados, así como por la compra de Antonveneta al grupo Santander por 9.000 millones de euros. Unas semanas antes, el grupo presidido por Emilio Botín había pagado 6.600 millones por esta entidad.
Las implicaciones políticas son variadas, y perjudican tanto a la izquierda como a la coalición centrista que apoya la reelección de Mario Monti. A los primeros, porque MPS está controlado por una fundación que, a su vez, está controlada por el Ayuntamiento de Sienna (un feudo de la izquierda desde hace décadas). A los segundos, porque hay dudas sobre si el Gobierno sabía de la existencia de prácticas irregulares en la entidad, cuando tuvo que inyectarle 3.900 millones de euros. La coalición encabezada por Silvio Berlusconi es la gran beneficiada del escándalo financiero.
Los accionistas de Monte dei Paschi interpusieron numerosas quejas entre 2008 y 2011 ante el regulador italiano de los mercados, la Consob, y ante el Banco de Italia, por las irregularidades cometidas por la cúpula de la entidad, según recoge La Repubblica.
La entidad reconoció la semana pasada que había sufrido pérdidas por 720 millones de euros. Tras la revelación, los accionistas mostraron su apoyo a una ampliación de capital de 6.500 millones de euros planteada por la nueva cúpula directiva de la entidad y que era un requisito indispensable para que el banco más antiguo del mundo pueda acceder a las ayudas públicas.