Vídeos durante los "elevator pitch". ¿Sí o no?
En este aspecto, como en tantos otros que rodean a la comunicación en los negocios, hay posiciones divididas. Para algunos es una muy buena manera de romper el hielo y poner "en clima" a la presentación. Para otros, en cambio, es una invitación a la dispersión y pérdida de atención. En ambas podemos encotrar pros y contras, veamos qué hay en cada una de ellas
¿Cuáles son las reglas a la hora de insertar vídeos en las presentaciones? ¿Valen la pena? Estas preguntas siempre están presentes en los emprendedores a la hora de preparar su pitch. Las posiciones, como mencionábamos, están dividas. A muchos inversores o jurados de distintas competencias no suelen agradarle los vídeos. ¿Por qué? Porque lo que esperan es escuchar a quien está por presentar su producto. No tienen ganas de ver y escuchar un vídeo. Quieren saber de qué se trata sin mayores preámbulos. Esperan un "Hola, somos el equipo de tal y queremos enseñarles la nueva manera de compartir fotos en Internet" o lo que sea.
En esta misma línea, según otros, distrae y quita foco a la audiencia. Es común observar que a poco de comenzar el vídeo todos vuelcan sus manos a smartphones o tabletas, envían algún mensaje o simplemente pierden su mirada. Si el vídeo es lo suficientemente bueno pondrán atención, pero es un riesgo que se debe estar consciente de tomar.
En cambio, para otros es una buena manera de romper el hielo, dar esa oportunidad de mirar algo diferente, poner en contexto a la presentación o hasta incluso aclarar, de manera previa, algunas cuestiones sobre el producto o servicio que pueden surgir luego en la presentación.
En conclusión, ¿podemos recomendar mostrar vídeos en tus presentaciones o pitches? Aquí algunas sugerencias:
Debes mostrar un vídeo en tu pitch si:
Tu producto es difícil de explicar: Suele ser útil para mostrar alguna funcionalidad de tu aplicación o un servicio poco habitual. También puede servir de contexto o introducción para una audiencia sin suficiente conocimiento de la industria o sector.
Tienes testimoniales de clientes: Es un seguro "punto ganador" mostrar lo que dicen los clientes de vuestro producto o servicio. Mucho más si expresan cómo ha solucionado su problema. Nunca habrá mejor prescriptor que un cliente que se muestre satisfecho.
Tienes una campaña de publicidad en marcha: Esto es particularmente útil para dar ejemplos de tu tracción comercial y de marketing, además de dejar una buena sensación de homogeneidad en el timing de tu startup.
En cambio, puedes llevarte unos puntos en contra si tu vídeo:
No tiene una calidad excelente: Aquí no valen las medias tintas ni los vídeos amateurs hechos una noche antes con cliparts del Office. Recuerda que todo habla sobre tu startup. Si muestras algo con signos de improvisación, puede significar en una pérdida de confianza para el resto del pitch.
Si es largo y aburrido: Es de no creer, pero hay emprendedores que sueltan el play y creen que tienen ganada la atención de su audiencia. La atención la ganas con tu mensaje, no esperando a que el vídeo acabe. Si tu vídeo supera los 40 segundos de duración, debes pensártelo bien si vale la pena.
Si no aporta nada al mensaje dado: ¿Un vídeo que repite lo que has dicho pero sólo más que en bonito? No vale la pena. Serás redundante y estarás desaprovechando tiempo para alguna pregunta o incluso pedir feedback sobre la presentación. Procura complementar los mensajes en ambos formatos.
¿Y tú que crees? ¿Cuál ha sido tu experiencia con vídeos en pitches?