La creación del 'banco malo' congela la actividad inmobiliaria
El traspaso de las viviendas y créditos inmobiliarios de la banca nacionalizada a Sareb ha supuesto la congelación de buena parte del flujo de préstamos a promotores. Esto se ha traducido incluso en la paralización de algunas obras, según denuncian desde el sector inmobiliario. Allí lo achacan a la momentánea inoperatividad del banco malo y a la falta de contratos de gestión con las entidades.
Durante la segunda quincena del pasado diciembre, la banca nacionalizada fue sellando acuerdos de venta de sus activos tóxicos (inmuebles de más de 100.000 euros y créditos de más de 250.000) al banco malo. Aunque el traspaso se hizo efectivo el último día de 2012, la falta de desarrollo operativo que arrastra aún hoy Sareb ha derivado en la práctica en un parón para el ámbito inmobiliario desde hace más de un mes, según denuncian desde el sector.
"Mientras los activos estaban en posesión de los bancos, estos podían tomar sus decisiones pero en el momento en que se han transferido queda todo parado hasta que tengan directrices claras de Sareb", explica Javier Kindelan, presidente de valoraciones de la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis, recordando que las entidades nacionalizadas siguen gestionando los activos pero es la cúpula del banco malo quien toma las decisiones.
"Sareb no tiene el equipo necesario para desarrollar toda la actividad, por eso necesita contratos de gestión con la banca que concreten cómo actuar, en qué centrarse, etc. Y hasta que se defina tardará algo de tiempo", agrega, admitiendo que "en este periodo de transición se ha paralizado la actividad y están inmersos en un proceso para volver a avanzar".
Desde la sociedad de gestión de activos, el banco malo, responden que "las entidades se hacen cargo de la gestión de los activos pero efectivamente, Sareb tiene la última palabra a la hora de tomar decisiones" lo que ha podido demorar algunos trámites aunque "los expedientes se están atendiendo lo antes posible".
Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora Irea, ha detectado varios problemas. "Hay promociones en curso en las que, a diciembre, no encontraban a nadie del banco autorizado a desembolsar el dinero de las certificaciones de obra y el constructor está en situación crítica porque no le pagan. El banco no deja disponer del préstamo y se paraliza la obra", expone, sosteniendo que nadie garantiza "cuando se van a poner en orden".
De otra parte, señala que "los promotores que tienen líneas de crédito con bancos intervenidos y les faltaba una parte del dinero, si por ejemplo les han concedido tres millones pero solo han dispuesto de uno, tienen derecho a más pero no hay nadie que les deje retirarlo", continúa. "Siguen teniendo a los mismos interlocutores, pero no tienen capacidad de firmar nada", dice.
El presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), José Manuel Galindo, apunta a que su asociación ya advirtió el mes pasado en un documento de estos riesgos de "interrupción de la interlocución y del flujo de crédito" que "es lógico que se hayan materializado".
"Desde el 15 de diciembre las entidades que estaban financiando y subrogando créditos ya no pudieron hacerlo. Y lo mismo ocurre con la disposición de cuentas de crédito, ¿contra quién emites ahora un talón si Sareb no es un banco? Eso pone en cuestión incluso el pago de las nóminas", expone Galindo.
Conflicto por las comisiones
"Sareb está en un fase constituyente, a duras penas se ha decidido la plataforma informática y están trabajando en el intercambio de información pero necesitan estructura, personal, etc.", cuentan en una de las entidades intervenidas.
"Las entidades están teniendo reuniones estos días con Belén Romana [presidenta de Sareb] y Walter de Luna [su director general] para cerrar acuerdos de gestión y eso dará lugar a que tomen ya decisiones de qué promoción o que activos se deben ir moviendo o no", resume Kindelán desde CB_Richard Ellis.
La situación, sin embargo, amenaza con seguir atascada hasta que se cierren dichos contratos. El principal escollo está siendo la negociación de los incentivos que el banco malo dará a las entidades. La horquilla de entre el 2% al 3% de comisión que Romana ha ofrecido de momento no parece bastar a las firmas que tienen su propio stock que seguir vendiendo. En las últimas propuestas se habla de una bonificación del 6% entre comisiones por gestión, financiación y administración de activos.