Competencia y solvencia en la banca
Ahora, como en 2010, se ha agitado el debate sobre la oportunidad de permitir o combatir lo extratipos abonados por la banca para captar pasivo en el mercado y atender a sus refinanciaciones en el contexto de un mercado interbancario solo abierto a cuentagotas. Los damnificados aparentes, entonces y ahora, son los ahorradores que ven cercenada la rentabilidad de su dinero, sin reparar que lo que se habría evitado con estas prácticas y otras en el pasado es acudir, como contribuyentes, al rescate de los bancos que practicaron, además de políticas de crédito desmesuradas, remuneración de depósitos desmesurada. Las recomendaciones no escritas, las persuasiones, del Banco de España se encaminan a poner coto a prácticas que pueden dañar la cuenta de resultados de una parte de la banca, y con ella su solvencia y el coste de su saneamiento, ahora en parte a cuenta de los contribuyentes. No se compadece la crítica a la pasividad del Banco de España durante el ciclo alcista del crédito y la burbuja inmobiliaria, con la censura a su activismo actual. Claro que hay pacto sobrevenido de precios (tipos), y que debe preservarse la competencia en una economía abierta. Pero unas cosas son prioritarias (solvencia bancaria de un país en problemas) y otras secundarias (competencia parcial en tipos de depósitos).