Unas cuentas que empiezan a cuadrar
El ranking de venta y facturación de productos farmacéuticos en 2012 no solo refleja la propia evolución del mercado, sino también el esfuerzo de ajuste de gasto público que España está llevando a cabo para cumplir con los objetivos de consolidación fiscal. La introducción de medidas como el copago, la rebaja en los precios de los fármacos y la preferencia de dispensación del genérico de menor precio han propiciado un ahorro sustancial en las finanzas públicas y al mismo tiempo han impulsado importantes cambios en la lista de los laboratorios de mayor facturación. Por primera vez, dos compañías de fabricación de genéricos -la española Cinfa y la israelí Teva- han logrado situarse entre los diez primeros nombres del mercado español. Hasta ahora, los laboratorios de genéricos lideraban la clasificación por número de unidades vendidas, pero perdían terreno de forma significativa en términos de facturación. Las medidas de ahorro impuestas por el Gobierno han cambiado esa tendencia y han facilitado la entrada de estas empresas en el reducido club de las farmacéuticas que más facturan. De forma paralela, las reformas han tenido un efecto considerable en la partida de gasto público. Solo de enero a noviembre de 2012 el gasto farmacéutico se redujo en 1.190 millones. Un recorte sustancial en un ámbito que solo en 2011 acaparó 11.135 millones. Aunque los datos que maneja la OCDE sostienen que España es uno de los países con precios de medicamentos más bajos, también revelan que los españoles tienen un elevado nivel de consumo de fármacos, lo que multiplica considerablemente el gasto. A falta de los datos de diciembre, todo apunta a que 2012 puede cerrarse con un recorte del gasto farmacéutico por encima del 10%.
Los resultados del ajuste llevado a cabo en este ámbito, junto a los realizados en otras partidas, se encuentran estos días sobre la mesa del Ministerio de Hacienda. A la espera de ultimar el cierre de 2012, las previsiones del Gobierno apuntan a que España terminará el año con un desfase presupuestario que no superará el 7%. De confirmarse ese extremo, la economía española habría logrado la mayor reducción de déficit público desde 1987 y uno de los ajustes fiscales más duros desde 1850. Pese a que un recorte de esa dimensión deja todavía a España por debajo del objetivo de déficit fiscal marcado por Bruselas, supone una sólida credencial sobre la seriedad de España y la solidez con la que nuestro país afronta sus compromisos como socio del euro. Ello abre la posibilidad de que Bruselas no exija más gastos adicionales e incluso de que pueda suavizar las exigencias previstas para este año. A priori, los deberes de ajuste para 2013 exigirán un esfuerzo equivalente al de 2012. Pero con una considerable diferencia: España ya ha demostrado que es capaz de reconducir sus cifras y de respetar sus compromisos.