Berluti, una 'maison' con algo más que zapatos
Antoine Arnault renueva el contenido de la firma, propiedad del grupo LVMH, con moda.
Los zapatos de Berluti, dicen, que tienen alma. Eran los preferidos de Andy Warhol, del duque de Windsor, de Jean Cocteau, de Frank Sinastra, de un buen número de celebridades y de hombres de negocio. Su seña de identidad son sus pulcros acabados. Han pasado cuatro generaciones desde que Alessandro Berluti, nacido en Senigallia (Italia) en 1865 y fallecido en 1922, cogió su caja de herramientas de zapatero y se trasladó a París, al 26 de la rue Marbeuf. Allí comenzó el principio de esta maison, colocada en el mismo y prestigioso escalafón que firmas como Church's, John Lobb o Ferragamo.
Poco a poco, la fama de esta casa fue calando entre los parísinos, y fue de la mano de Torello Berluti, hijo del fundador, cuando comenzó a transformarse esta casa en algo más que una firma de zapatos. De hecho existe hoy en el mundo un club de propietarios de zapatos Berluti, integrado por personas de diferentes lugares, que según dicen se reúnen en los mejores hoteles del mundo para limpiar sus Berluti con champán. ¿Verdad o leyenda? Lo cierto es que después de Torello llegó Tablinio y durante dos décadas, hasta 1980, fue el encargado de la expansión internacional. El impulso final y la creatividad llegó con Olga Berluti, que comenzó en el negocio familiar en 1959, se hizo cargo de él en la década de los ochenta, y destacó por usar la paleta de colores (café, rojo, verde, azul marino, morado y azul cielo) en los zapatos. Una seña de identidad de la firma, vigente hasta hoy día.
Los zapatos Berluti brillan, y son tan reconocidos que no necesitan llevar ningún tipo de logo. No son baratos. Un par puede costar alrededor de 1.400 euros. El precio puede estar justificado por las 250 horas de trabajo que puede llevar su fabricación.
Desde 1993 la compañía pertenece al grupo del sector del lujo LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, propiedad del empresario francés Bernard Arnault, que aglutina a 60 marcas de todos los sectores (moda, perfumes, champán, joyas...) y que da empleo a más de 100.000 personas en todo el mundo. Al frente de Berluti ha colocado a su hijo, Antoine Arnault, cuyo principal objetivo es convertir la casa de zapatos en algo más, en una firma de moda de hombre.
Las primeras colecciones ya están en marcha. A la de este invierno se suma una nueva de primavera-verano, firmada por el director artístico de la firma, Alessandro Sartori, con diseños cómodos, clásicos y con un estilo diferente, muy en la línea, como asegura el responsable de la compañía, Antoine Arnault, de firmas como Loro Piana, Hermes, Tom Ford o Bottega Veneta. Otra seña de identidad es el cashmire. Berluti no cuenta con tienda en España. Las más próximas están en París, Londres, Cannes y Milán. También en Nueva York, aunque la mayor concentración de tiendas se encuentran en Asia.