Garantías para el sector del automóvil
La fabricación de automóviles ha empezado a respirar en España en 2012, pese a que tanto producción como ventas han registrado descensos de dos dígitos sobre las no menores caídas marcadas en ejercicios anteriores. Sus expectativas industriales han cambiado radicalmente para el próximo ejercicio, sobre todo por la creciente demanda de la exportación. De hecho, la patronal que agrupa a los fabricantes asegura ahora que en 2013 la producción de coches puede llegar a los 2,2 millones de unidades, nada menos que un 11% más que este año, con ventas superiores en el exterior, tras haber descendido casi un 20% en 2012. Los temores a que la crisis transformase radicalmente un sector capital para la economía española como la producción de automóviles -está entre los primeros productores del globo-, y a que la natural relocalización de las cadenas de montaje desertizase a España, han desaparecido.
La actitud de los agentes sindicales y empresariales más pegados al terreno, y con un alto compromiso con el empleo, ha logrado flexibilizar los costes, los sistemas de turnos, el control del absentismo, etc, de tal forma que varias marcas multinacionales han decidido reapostar por su franquicia española para atender los incrementos de la demanda. Es el caso de Ford, de Renault, de Volskwagen, de Citroën, o de Seat, entre otros, que han desechado incluso la posibilidad de incrementar oferta en sus matrices, o en economías emergentes como la turca o la brasileña.
Así, el que ha sido uno de los primeros productores mundiales de automóviles en los últimos lustros empieza a retener su posición cuando sus competidores ceden posiciones, y lanzan un mensaje a toda la industria manufacturera de que España es un país competitivo, como también ratifica el fuerte crecimiento de las exportaciones manufactureras en los últimos trimestres. Las reformas, por tanto, comienzan a dar sus frutos, como seguramente los darán en el mercado de trabajo en general cuando la economía se estabilice.
Pero las reformas proporcionan más desempeño si se aplican todas las que remueven los mercados de bienes, servicios y factores a la vez. Los fabricantes recuerdan que faltan unas cuantas reformas horizontales para que la industria pueda encontrarse cómoda para poder competir a plenitud, así como algunas de carácter más específico de su actividad. El Gobierno ha puesto unas cuantas en marcha, y empresas y sindicatos las han aplicado con determinación en este sector capital para la economía española. Pero el efecto multiplicador que proporcionarán las que faltan no puede retrasarse. Las reformas energética o la que debe recuperar la unidad de mercado tiene aún mucho que aportar a esta industria estratégica por sus volúmenes de producción y de ocupación.