Un obsequio solo por entrar
La caída de ventas del comercio minorista encadena más de veinte meses. Se inició en julio de 2011 con la subida del IVA, y se ha intensificado en verano por el endurecimiento del impuesto y la contracción de la renta real disponible. Tal es el grado de contracción que las cadenas de distribución han exprimido los métodos más imaginativos para estimular sus ventas.
Además de descuentos y rebajas sin ningún control de calendario, la experimentación ha llegado incluso a los regalos por el simple hecho de entrar en las tiendas. Esta práctica, que tradicionalmente habían ensayado a través del correo postal los bancos en el pasado, o industrias en fase de promoción, se ha extendido sobre todo a las firmas de cosmética, que abordan a los clientes en plena calle, en las cercanías de las tiendas.