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Viaje a los orígenes de la Navidad

Papá Noel no vivió en la fría Laponia sino en la cálida costa de Turquía

La publicidad ha llenado la Navidad de símbolos comerciales que poco tienen que ver con el nacimiento de Cristo. Una forma original de rescatar para sí algo del verdadero espíritu de esta fiesta religiosa es visitar tres lugares que tienen una conexión histórica con los orígenes de la celebración. Belén, por supuesto, es uno de ellos. Los otros dos son Demre, en Turquía, donde vivió el santo que inspiró Papá Noel, y Bari, en Italia, donde descansan sus restos.

BELæpermil;N

Monumentos bíblicos

Según la Biblia, Jesús nació en Belén, entonces una población de Judá, una de las 12 tribus de Israel. Nueve siglos antes el lugar había sido cuna también del rey David, de quien el fundador del cristianismo era descendiente. Hoy la ciudad pertenece a Cisjordania, territorio que gobierna la Autoridad Palestina. Aunque pequeña en tamaño y población -unos 26.000 habitantes-, tiene mucho que ofrecer al turista. En el centro está la Iglesia de la Natividad, uno de los templos en funcionamiento más antiguos del mundo. Fue construida por Constantino en el siglo IV dC sobre la gruta donde María dio a luz a Jesús, aunque dos siglos después Justiniano erigió una nueva en el mismo lugar.

El acceso es muy bajo y estrecho a fin de impedir la entrada de invasores a caballo. En el interior, dos juegos de escaleras conducen hasta la gruta, donde una gran estrella de plata de 14 puntas marca el punto exacto donde estuvo el pesebre. A pocos minutos de la iglesia está la Gruta de la Leche, que debe su nombre a la roca blanca en la que está excavada. La tradición cuenta que adquirió ese color cuando una gota de la leche de María cayó al piso mientras amamantaba a Jesús, poco antes de su huida a Egipto. Hoy una capilla franciscana rodea la caverna. Las Piscinas del Rey Salomón y los restos del Palacio de Herodes son otros monumentos que se pueden visitar en los alrededores de la ciudad.

DEMRE

La verdadera historia de Papá Noel

Los niños lo imaginan viviendo en el Polo Norte rodeado de elfos y renos, pero en realidad el verdadero Papá Noel vivió en un cálido y soleado pueblo de la costa mediterránea de Turquía. San Nicolás nació en Patara en el año 245 dC, en el seno de una familia acomodada. Huérfano de padre cuando era muy joven, heredó una gran fortuna que repartió entre los pobres. A los 19 años tomó los hábitos y con el tiempo llegó a ser obispo de Myra, la actual ciudad de Demre.

Allí se le atribuyen milagros y gestos de caridad, entre ellos ayudar a un noble en apuros económicos a conseguir dote para la boda de sus tres hijas dejando oro en las medias que habían tendido junto a la chimenea para que secaran. A su muerte en 343, fue sepultado en la iglesia que lleva su nombre, pero en 1087 mercaderes italianos abrieron el sarcófago y se llevaron sus restos a Bari. La basílica se encuentra muy cerca de la plaza principal. A dos kilómetros de Demre pueden visitarse las ruinas de Myra, que poseen un asombroso conjunto de tumbas licias horadadas en la roca en forma de panal y un teatro grecorromano muy bien conservado.

BARI

Las reliquias del santo

Cuando los musulmanes invadieron el territorio antes griego que hoy es Turquía, un grupo de católicos sacó en secreto de Myra las reliquias de San Nicolás y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. Por eso, en Oriente se le conoce como San Nicolás de Myra, pero en Occidente, como San Nicolás de Bari, a pesar de que nunca pisó esta última ciudad. La basílica donde descansan sus restos fue construida entre 1087 y 1197, durante el dominio ítalo-normando de Apulia. Espléndido ejemplo de la arquitectura románica de aquella época, la sencilla y luminosa fachada de esta iglesia, con sus dos torres de diferente forma y altura, tiene tres puertas desde las que se accede a las naves interiores, donde se conservan importantes obras. Una vez en esta ciudad amurallada, puede visitarse también la Catedral de San Sabino, una joya bizantina del siglo XII.

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