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Tribuna

Una solución privada para la sanidad pública

Las medidas impuestas por el gobierno en Sanidad, como el copago farmacéutico, dejar de financiar más de 400 fármacos de uso común, luchar contra el turismo sanitario o modificar el funcionamiento interno del Sistema Nacional de Salud, tienen como objetivo ahorrar más de 7.000 millones de euros cada año y reducir el déficit público.

Era seguro que, más temprano que tarde, capítulos como el de la sanidad iban a sufrir de modo directo la política de austeridad emprendida por el Gobierno. Este nuevo escenario nos lleva a la duda de si estas decisiones son necesarias y suficientes para reducir el gasto público, o quizá sería deseable un cambio más profundo en el modo de hacer las cosas por parte de la Administración. Para empezar, una pregunta: ¿cuánto nos cuesta la sanidad a los españoles? El gasto sanitario público representa alrededor de un 7% del PIB, unos 74.000 millones de euros, según el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud. De ese montante, el coste de la prestación farmacéutica ronda el 18%, unos 13.000 millones. ¿Qué podría hacer el Estado para ahorrar manteniendo la calidad en la prestación del servicio sanitario? La difícil situación económica de nuestro país ya obligó al anterior gobierno a introducir, en el año 2010, diversos cambios para garantizar la reducción del déficit público y contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario. Entonces, la mayoría de las iniciativas se orientaron a revisar el precio de los productos sanitarios, así como de los medicamentos genéricos financiados por el Sistema Nacional de Salud.

Ya en aquel momento, la administración hablaba de introducir "mejoras en la gestión de compra de bienes y servicios, para reducir el gasto corriente. Por ejemplo, la centralización de compras, mejora de la logística y renegociación de contratos", se afirmaba textualmente en el citado Informe Anual.

Todas estas medidas resultaron insuficientes y nos tememos que las actuales también lo sean. Por tanto, es urgente aplicar una serie de procedimientos más avanzados y eficientes, que comienzan por gestionar mejor lo que se compra, es decir: comprar mejor. "Comprar mejor" no es comprar menos, sino de manera más eficiente. La subasta electrónica, por ejemplo, es una manera poco explotada en España de mejorar las compras públicas, incluyendo el sector sanitario. Permite recibir mayor número de ofertas de proveedores en una amplia gama de categorías, optimizando las posibilidades de negociación para obtener precios más ventajosos.

¿Realmente es posible ahorrar así? En la mayor subasta celebrada hasta ahora en Internet, una empresa privada, BravoSolution, adjudicó la selección de personal para 2.000 hospitales de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, con un ahorro de nada menos que 200 millones de euros en los tres días que duró el proceso. Por este motivo, países como Gran Bretaña, Francia, Italia y Estados Unidos aplican este procedimiento para licitar y adjudicar bienes y servicios desde hace más de una década.

En España, en una sola subasta, organizada en el sector de sanidad en Valencia este mismo año, se ahorraron 437.000 euros, un 32% menos que el importe inicial de la licitación. Es decir, en menos de 1 hora una administración se dejó de gastar medio millón de euros adquiriendo servicios básicos. ¿De qué cifras hablaríamos si todo el sistema sanitario generalizara sus procedimientos electrónicos de compras en todos los conceptos? Según nuestra experiencia, el ahorro que se obtendría en la sanidad española con un sistema de compras 100% online sería de entre un 10 y un 15% de promedio respecto a los precios de referencia.

Llevado este procedimiento al conjunto de las partidas susceptibles de negociar en el ámbito sanitario, el ahorro sería de miles de millones de euros anuales; una cifra muy cercana a la que se pretende alcanzar con las medidas aprobadas. Pero además, las plataformas electrónicas permiten licitar y adquirir una notable variedad de partidas: contratación de personal, compra de productos farmacéuticos, material hospitalario, vestuario, etc. Gracias a un sistema que mide y audita todo, cada paso se da con todas las garantías y cada gestión se resuelve con transparencia, respeto por las reglas de mercado y total fiabilidad sobre la solvencia y la capacidad de los proveedores. Ha llegado el momento de plantear nuevas iniciativas para reducir gastos que pasen por aprovechar la excelente preparación tecnológica de la que, por otro lado, disfruta nuestro país. Seguro que nuestra sanidad, y por supuesto las cuentas públicas, comenzarían a experimentar síntomas de recuperación.

Pablo Parellada. Director general de BravoSolution.

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