Santander absorbe Banesto para ganar cuota y reestructurar el grupo en España
Santander anunció ayer la absorción de Banesto y Banif. El primer grupo del país ha aprovechado el cierre de año y la reestructuración del sector para realizar esta operación, que no por rumoreada ha dejado de sorprender. La fusión por absorción supondrá el cierre de 700 oficinas en España y la salida de miles de empleados, aunque sin medidas traumáticas. El objetivo de la operación es mejorar la eficiencia. Santander pagará 3,73 euros por cada acción de Banesto que no controla, lo que supone una prima del 24,9% sobre cierre del viernes.
La reestructuración del sistema financiero no se ha limitado solo a sanear y a someter a dramáticos ajustes a las entidades más débiles. Santander, uno de los grupos financieros más sólidos del mundo, también ha decidido aprovechar el momento para acometer una de las reestructuraciones más importantes que ha realizado desde que en 1999 acordó la fusión con Central Hispano, cinco años después de haber adquirido Banesto en subasta.
El grupo que preside Emilio Botín llevaba meses estudiando cómo optimizar más sus mimbres en España, un mercado en el que el negocio bancario no levanta cabeza bajo la presión de una economía deprimida por la recesión y unas fuertes necesidades de provisiones para sanear sus activos inmobiliarios y para cubrir el aún imparable crecimiento de la morosidad. Y, pese a que ha barajado varias posibilidades, al final, ayer el consejo de administración aprobó la absorción de Banesto -incluida la marca y la ficha bancaria-, un banco doméstico con 1.698 oficinas que realizaba la misma operativa que la red Santander, y de Banif, el banco para ricos del grupo con 52 sucursales.
La operación, de cualquier forma, no sigue los cánones del resto de la banca en reestructuración. El grupo aprovechará para realizar su ajuste en España, pero sin medidas traumáticas. Cerrará 700 oficinas, el 17% del total, en el mercado doméstico, en dos años, como desveló el director general de banca comercial del grupo, Enrique García Candelas, en una carta enviada a los empleados de Santander. El grupo considera que el número idóneo para operar en España con la marca Santander es de 4.000 oficinas, frente a las 4.664 que posee en la actualidad.
Estos cierres (descarta la venta de esta red) irán acompañados de una drástica salida de empleados del grupo. "El personal se va a reducir bastante, pero de forma progresiva", y sin llevar a cabo ningún expediente de regulación de empleo (ERE), explicó el grupo a los analistas.
El consejero delegado de Banesto, Javier San Felix, mantuvo ayer una reunión con los sindicatos más representativos del banco para explicarles personalmente la operación. El ejecutivo tampoco concretó el número de salidas de Banesto, pero insistió en que se haría a través de un acuerdo laboral, como se ha hecho hasta ahora el en grupo.
Las salidas, de hecho, se harán en parte a través de la recolocación en otras filiales, preferentemente internacionales, como explicó Emilio Botín, y bajas vegetativas -anualmente se producen en el banco en España alrededor de 700 salidas por este concepto, entre Santander y Banesto-. Otra parte de este ajuste se llevará a cabo con bajas incentivadas.
Candelas, como el resto de la cúpula del grupo, explicó que la desaparición de Banesto se produce en un momento económico y en un entorno de reducción del número de entidades y reestructuración financiera, por lo que fusionar los tres bancos impulsará la rentabilidad del negocio del grupo en España. Además, destaca que Santander será la segunda red de oficinas del país bajo una misma identidad corporativa (La Caixa es la primera) y considera que les permitirá "seguir liderando el sector financiero español durante la próxima década".
En la presentación a analistas el grupo insistió en que, tras analizar distintas opciones, la mejor era contar con una marca única que opere en España y la marca "más fuerte es la de Santander". El hecho de que se reduzca en dos años el número de entidades de algo más de 50 a una decena, también ha influido en la decisión, puesto que consideran que las entidades que operarán serán las más fuertes y mayores que lo que han sido hasta ahora tras los distintos procesos de reforma. Creen que en 2015 la cuota media de estas entidades será de entre el 12% y el 13%.
Esto supone pasar de una cuota de mercado de oficinas en España del 10% en 2008 al 13% en 2015. Según cálculos del grupo, dentro de tres años el número total de sucursales en España será de 30.000, lo que supone el cierre de 16.000 oficinas en ocho años, con un recorte del 35%.
La operación también llevará consigo la prejubilación de directivos del grupo en España, aunque no se quiso especificar quienes saldrán del grupo. Una de las salidas que el mercado da por hecha es la del presidente de Banesto, Antonio Basagoiti, aunque no está confirmada su salida.
Santander prevé mejorar su beneficio atribuido en 434 millones de euros en los próximos tres años tras el proceso de absorción de Banesto y Banif, y espera que el beneficio por acción crezca un 3% para entonces, según las estimaciones que ha realizado el grupo y ha presentado a los analistas y remitido a la CNMV. Explica que dentro de tres años la mejora de ingresos será de 100 millones de euros y el impacto en el beneficio neto (antes de minoritarios) será de 380 millones de euros, con una variación del 3,4%.
Las sinergias totales esperadas serán de 520 millones, 100 en ingresos y 420 en costes. El ahorro mayor vendrá de los gastos generales, partida en la que espera conseguir 237 millones de ahorro.
Más compras
La entidad insiste en que la nueva estructura está diseñada para aprovechar las oportunidades de crecimiento, principalmente a través del crecimiento orgánico, aunque en ningún momento descarta participar en las próximas subastas de cajas nacionalizadas que se producirán en menos de seis meses, según dejó claro José Antonio Álvarez, director general financiero del grupo.
El ejecutivo aseguró que la absorción de Banesto y Banif no altera para nada sus planes de presentarse a las subastas. A finales de enero está previsto que se presenten las ofertas por la firma catalana, y Santander parte como favorito. En caso de adjudicarse esta entidad, y según fuentes del mercado, es muy posible que conservase la marca catalana.
Emilio Botín: operación que "beneficia" a todos
El presidente de Santander, Emilio Botín, como es lógico, elogió la operación al considerar que la absorción de Banesto por la cabecera del grupo, "es una gran operación que beneficia tanto a accionistas como a clientes y empleados". Los sindicatos, sin embargo, mostraron su preocupación, si bien UGT ha admitido que es pronto para saber a cuántos empleados afectará y CC OO ha añadido que pedirá garantía de empleo, algo que inicialmente parece contar con ello.En un comunicado Botín destacó que los accionistas de Banesto salen ganando porque reciben una prima del 25% sobre el cierre del viernes y obtienen títulos de Santander, que tienen "el dividendo más atractivo del mercado" (piensa mantener un pay-out del 50%). En el caso de los clientes, el banquero subraya que la absorción de Banesto y Banif -la filial de banca privada-, les dará acceso a más de 14.000 oficinas del banco en todo el mundo, 4.000 de ellas bajo una misma marca en España. Y respecto a los empleados, a juicio de Botín, las ventajas de la absorción proceden de que podrán desarrollar una carrera profesional internacional, ya que habrá recolocaciones de plantilla en otras unidades del grupo Santander, tanto en España como en el extranjero.El grupo aprovecha este importante ajuste para segmentar más su red de oficinas en España. La red estará distribuida en oficinas convencionales; de empresas; y de clientes de banca personal y privada, un segmento en el que Santander posee una cuota del 30% al gestionar 75.000 millones.
Nueva etapa para Santander
La crisis financiera no solo ha podido con grandes colosos que al final han demostrado tener pies de barro, como es el caso de Bankia. También ha podido con entidades históricas que parecían curadas de cualquier tipo de contagio. Este es el caso de Banesto que, tras 110 años de vida, ayer puso fin a su historia, aunque no será hasta mayo cuando esta marca se apague definitivamente para abrazar completamente la llama roja de Santander. El languidecer del mercado financiero español ha sido el detonante del declive de lo que fue durante varios años la joya de la corona del grupo Santander, como lo calificaba Emilio Botín.Será por ello por lo que Ana Patricia Botín estuvo casi una década en este banco y por lo que el grupo ha tardado tanto en tomar la decisión de su absorción.Pese a ello, Santander manejaba otra solución para las maltrechas cuentas de 2012 de Banesto, y que no suponía su desaparición. Era el traspaso de entre 400 a 350 oficinas a Santander, con su personal y su negocio, previo pago de una suma que le permitiría a Banesto hacer frente a las provisiones que le quedaban pendientes para sanear sus activos inmobiliarios, y que se elevaban a unos 1.400 millones de euros.Esa solución estuvo en la mesa hasta hace menos de dos semanas. ¿Qué ha pasado desde entonces?. Las especulaciones son varias, las confirmaciones ninguna.Varias fuentes financieras aseguran que el Banco de España ya había comentado al grupo que tanta operación intragrupo no era en estos momentos lo más propicio. Otras fuentes afirman que Bruselas también habría pedido un ajuste en Banesto, algo que ayer fue negado por José Antonio Álvarez, director general financiero del grupo. Y es que tanto la Red Santander como Banesto tendrían que presentar números rojos al cierre del año si sus cuentas fueran individuales. No son el único caso, también BBVA en España tiene pérdidas. La causa es la misma: un elevado riesgo inmobiliario de años anteriores que ha provocado unas fuertes provisiones forzadas por Economía. Pese a ello, tanto Santander como BBVA son grupos totalmente sólidos que tienen la ventaja de compensar las pérdidas de un país con las ganancias de otro de los muchos en los que operan.Esta no es la primera reestructuración que realiza la firma que preside Emilio Botín. Al inicio de la crisis Santander tuvo que realizar un fuerte ajuste en Santander Consumer en España. Fue la primera reestructuración que abordó una entidad en España.Mientras, los analistas defienden la operación. "Los mercados llevaban tiempo descontando la operación, aunque nunca se produjese", asegura Javier Bernat, analista de Bankia Bolsa. Estratégicamente, inversores y expertos conceden todo el sentido a una operación que supondrá reducir la capacidad instalada del grupo en España para evitar solapamiento de negocio y una hipertrofia de la red. "Es la evolución normal dentro del grupo", completa por su parte Soledad Pellón, estratega de IG. "Se está produciendo un proceso de integración en la banca española, con menos entidades y cada vez más grandes, y Banesto no podía quedar al margen"."Esta operación se produce en el marco de una profunda reestructuración del sistema financiero español, que está suponiendo una fuerte reducción del número de competidores y la creación de entidades de mayor tamaño", aseguraba ayer el grupo.A.G./ G.S.V.