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Sus costes energéticos subirán 50 millones en 2013

Las cementeras urgen al Gobierno que relaje la presión sobre la factura eléctrica

El consumo de cemento en España va a cerrar 2012 con un nuevo descenso del 33%, hasta las 13 millones de toneladas. La patronal, Oficemen, asegura que sus empresas no pueden competir en exportaciones por los costes energéticos y argumenta que el previsible "incremento de un 16% en la factura eléctrica para 2013" pondrá la puntilla al sector. Desde el colectivo empresarial se pide al Gobierno que acepte las enmiendas al Proyecto de Ley sobre medidas fiscales y sostenibilidad energética.

Catastrófico y dramático son dos de los calificativos que más han sonado en la presentación del balance anual de Oficemen sobre el mercado del cemento en 2012. La demanda sufre caída sobre caída. El derrumbe es del 33% respecto a 2011, marcándose unas ventas en el mercado local de 13 millones de toneladas, a las que hay que sumar otros 6 millones dedicados al mercado exterior. "España consume 235 kilos de cemento por habitante, lo que nos lleva a datos de 1962 y nos iguala a países como Marruecos", explica Juan Béjar, presidente de Oficemen. España llegó a demandar 57 millones de toneladas en el año 2007.

A lo largo de su presentación, la dirección de la patronal ha lamentado que la estructura de costes del sector impida a sus empresas competir en el exterior. Un 18% de los costes totales de producción, o un 32% de los variables, están relacionados con el consumo eléctrico, "un escollo que merma gravemente la competividad de la industria frente a otros países de nuestro entorno". Y en 2013 la situación tiende a agravarse. "De aprobarse el Proyecto de Ley en los términos actuales, sería la puntilla para la competitividad de nuestros productos en los mercados internacionales", dice Béjar.

A la vista del mercado de futuros, Oficemen prevé un incremento del 16% en la factura eléctrica, lo que podría suponer un sobrecoste superior a los 50 millones para las cementeras. "España llegó a ser el primer exportador de cemento del mundo, cuando tenía costes energéticos más competitivos. Hoy los fabricantes se plantean la deslocalización y terminaremos siendo un país importador cuando el mercado se estabilice", dice Béjar.

Desde Oficemen se relama una "adecuación del impuesto especial eléctrico". Aniceto Zaragoza, director general de la patronal, comenta que en España se grava con 4 euros por megavatio cuando la Unión Europea marca mínimos de 0,5 euros por megavatio: "Pedimos una exclusión para ayudar a la industria o la aplicación del mínimo", ha declarado Zaragoza.

Una segunda demanda de las cementeras radica en la incentivación de los contratos bilaterales de suministro de energía. "En países de nuestro entorno el 80% de la energía se vende en contratos bilaterales, una figura prácticamente inexistente en España, lo que está castigando seriamente al sector industrial", argumenta Aniceto Zaragoza, "si queremos tener energía competitiva para la industria habrá que cambiar el sistema, y el impacto de la reforma actual no va más allá de subir los impuestos".

España cuenta con 35 fábricas de cemento y una capacidad de producción de 45 millones de toneladas al año. El empleo ha caído de las 7.730 personas en 2007 a los actuales 5.091 empleados. El presidente Béjar no se ha atrevido esta mañana a dar una fecha estimada para la recuperación. En lo que insiste el primer ejecutivo de Cementos Portland es en que España se estabilizará en un mercado de 25 millones a 30 millones de toneladas anuales, unas cifras que recuerdan al consumo de finales de los años noventa.

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