Rajoy enfría la hipótesis de un rescate a cargo del BCE
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, arrojó el viernes un jarro de agua fría sobre las expectativas de las empresas españolas que apuestan por un rescate de la deuda pública para rebajar sus propios costes de financiación.
Rajoy descartó en Bruselas esa posibilidad y aseguró que solo presentará la solicitud de ayuda cuando sea para bien "de los intereses generales", una condición que, según el presidente del Gobierno, no se cumple en estos momentos.
Entidades financieras y grandes compañías han expresado en los últimos meses su impaciencia ante la elevada prima de riesgo que castiga a la deuda pública y, de rebote, a sus emisiones de deuda privada.
El malestar comienza a extenderse también a empresas no tan grandes. Y el mismo viernes, el presidente de Cepyme (Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas), Jesús Terciado, calificó como "ineludible" la petición de ayuda y recomendó que "si es necesario, que se haga cuanto antes".
Pero Rajoy no comparte esas prisas. "Hoy no lo necesitamos y por eso no lo hemos pedido", zanjó Rajoy el debate durante una entrevista con la Cadena SER momentos antes de asistir en Bruselas a la segunda y última jornada de la cumbre europea. Y aunque valoró muy positivamente el programa de compra de deuda pública creado por el Banco Central Europeo el pasado mes de septiembre, Rajoy descartó utilizarlo mientras el Tesoro pueda seguir emitiendo como ha hecho durante todo 2012.
El presidente del Ejecutivo reiteró su contundente negativa al final de la cumbre europea, aunque recuperó sus habituales juegos de palabras para dejar claro que su posición no es inmutable. "Es una posibilidad que está ahí y que el Gobierno puede usar o no". "De momento", retorció aún más, "no nos ha parecido oportuno hacerlo, pero es posible que nos parezca oportuno hacerlo más adelante, o no. Ya lo veremos".
La ambigüedad, en cambio, se tornó en rotundidad a la hora de valorar lo logrado por la Unión Europea en el último año, coincidiendo con el primer ejercicio de su legislatura. "Cuando yo llegué aquí, solo oía hablar de disciplina fiscal y de austeridad", recordó tras asistir a la octava y última cumbre europea de 2012. Ahora, añadió, "cuando aún no se ha cumplido un año, ya se habla de crecimiento, de unión bancaria, económica y fiscal, y eso es importante".
Rajoy otorgó especial importancia a tres de las últimas cumbres (las de junio, octubre y la concluida el viernes), en las que, a su juicio, se sentaron las bases para estabilizar la zona euro y tranquilizar a los mercados.
El presidente del Gobierno señaló, en concreto, la puesta en marcha de la unión bancaria, que el jueves comenzó a avanzar con un acuerdo para la creación en el año 2014 de un Mecanismo æscaron;nico de Supervisión financiera que asumirá el control de la inmensa mayoría de las entidades de la zona euro. Una vez entre en funcionamiento el Mecanismo, el fondo de rescate de la zona euro podrá recapitalizar directamente a las entidades en dificultades.
Los siguientes pasos de la unión bancaria también empezaron a perfilarse en la última cumbre del año.
Los líderes europeos acordaron que durante 2013 se tramite la creación de un fondo común de resolución bancaria (una suerte de FROB comunitario), con el objetivo de que esté en pie esta misma legislatura (que concluye en 2014). A largo plazo, se estudiará la creación de un fondo común de garantía de depósitos.
La reforma de la zona euro se ralentiza
El acuerdo del jueves para crear el supervisor financiero de la zona euro parece marcar el final de una etapa de reformas apresuradas y al borde del precipicio. Ese mismo día, la primera jornada de la cumbre europea celebrada en Bruselas ya aflojó el ritmo en el calendario y la intensidad de las reformas pendientes.Las conclusiones aprobadas por los 27 socios de la Unión aparcan, de entrada, la idea de crear un presupuesto propio para la zona euro, que serviría para amortiguar los choques asimétricos de una crisis como la actual.La canciller alemana, Angela Merkel, descartó la idea y el texto aprobado el viernes por los líderes europeos solo contempla la posibilidad de establecer incentivos financieros para los países que acometan procesos de ajustes. Pero será una partida dentro del presupuesto ya existente de la UE y estará supeditado, según Berlín, al cumplimiento del Pacto de Estabilidad (que exige un déficit público del 3%, un objetivo que España no logrará antes del 2014 como muy pronto).Las próximas fases del plan de reforma de la Unión no se abordarán hasta la cumbre de junio de 2013, lo que anticipa una larga temporada de calma institucional en la UE, salvo que se desestabilicen de nuevo los mercados. La tregua coincide sospechosamente con el calendario electoral de Alemania, que celebra comicios en el mes de octubre del año que viene.