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Hacienda deja de ingresar 1.722 millones por la caída de las ventas

El consumo de gasóleo retrocede a niveles de 2004

El consumo de gasolina y gasóleo sigue en caída libre. En octubre volvió a retroceder un 6,1% anual y eso está generando un agujero en las arcas públicas, con una merma de 1.722 millones por la menor recaudación por hidrocarburos entre enero y octubre.

Lejos de amainar, la crisis sigue acelerándose y eso está provocando un ajuste en el consumo de los hogares, que sigue cayendo a medida que los organismos internacionales van presentando expectativas cada vez peores para la economía española. El consumo de carburantes de automoción es uno de los mejores indicadores para medir el estado de ánimo de las familias. Y los últimos datos no son nada halagüeños.

En octubre, las ventas de gasolina cayeron un 8% y las de gasóleo (que suponen el 80% sobre el total) descendieron otro 3,5% en tasa anual, sumándose al desplome medio del 14% registrado en septiembre por la subida del IVA, según los datos hechos públicos ayer por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

En el acumulado entre enero y octubre, las cifras no son mejores, con una caída del 7% en el caso de la gasolina y del 6,1% para el gasóleo. De hecho, el consumo de gasolina es el más bajo de l serie histórica que mide Cores desde 1996 y el de gasóleo es el peor desde 2004.

La bajada de precios registrada en noviembre, mes en el que el Ejecutivo debía tomar la decisión si actualizaba las pensiones (finalmente no lo ha hecho con lo que se ha ahorrado 3.400 millones de euros), podría amortiguar el descenso de las ventas, aunque ese efecto puede verse neutralizado si tal y como muestran las últimas estadísticas europeas, los precios vuelven a subir y rozan de nuevo los 1,5 euros por litro. Ante esa posibilidad, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ya ha anunciado que prepara cambios en la Ley de Hidrocarburos por si las petroleras no ofrecen un precio "acorde con lo que sería deseable" para la gasolina y el gasóleo. "No se puede obligar por ley (a fijar un precio máximo para el carburante), pero en caso de que veamos una evolución no acorde, iríamos a una modificación de la Ley de Hidrocarburos", ha apuntado.

Además del perjuicio en el consumo, la caída de ventas genera un agujero en las cuentas públicas, puesto que los carburantes representan el 12% de lo que el Estado recauda a través de impuestos indirectos. La caída de ingresos ha sido de 125 millones en octubre (un 15,6% menos en tasa anual), mientras que en los diez primeros meses del año la merma se eleva a 1.722 millones. Una cifra que representa dos décimas del PIB, que serían muy importantes para que el Estado se desvíe lo menos posible del objetivo de déficit pactado con Bruselas para este año (6,3%).

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