Vuelta a la época de las fusiones
La unión bancaria europea ¬podría reiniciar las fusiones bancarias transfronterizas. Asustados por las crisis financieras de la eurozona, los reguladores nacionales han presionado a sus bancos para que se replieguen a los mercados domésticos. Pero la llegada de un supervisor único y el fondo de rescate central podría revivir el frenesí de fusiones de hace una década.
Entonces, UniCredit compró el alemán HVP, BNP Paribas tiró la casa por la ventana por el italiano BNL y Crédit Agricole adquirió el griego Emporiki. La lógica era que, con la evolución del mercado único, las economías de escala resultarían una ventaja crucial.
Ahora mismo, esa lógica parece muy deficiente. La crisis financiera mostró que las ambiciones expansionistas de los bancos afectan a los contribuyentes. Y los miedos a una ruptura de la eurozona han llevado a los reguladores a fortalecer los sistemas bancarios nacionales. La mayoría de los grandes bancos europeos han reducido sus carteras crediticias extranjeras.
Con la unión bancaria, la creación de un fondo de rescate permanente y un fondo de garantías de depósitos, se debería romper el enlace entre los bancos y sus países nativos. Esto reasegurará a los bancos con operaciones en múltiples países.
La vuelta de las fusiones podría tomar diferentes formas. Los inversores no europeos podrían apresurarse mientras las valoraciones sigan siendo baratas. Los reguladores nacionales que quieran mantener la influencia doméstica podrían forzar a fusiones defensivas. El matrimonio de conveniencia entre el Banco Nacional de Grecia y el rival Eurobank puede ser un precursor.
Los reguladores y los inversores se mantendrán cautos. La división en 2007 del alemán ABN Amro recuerda lo mal que pueden ir las fusiones. Las disputas políticas sobre la unión bancaria, y las tribulaciones de la eurozona, pueden hacer que esto necesite tiempo para desarrollarse. Pero mientras esté encima de la mesa, los consejos de administración desempolvarán sus planes de fusiones