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Lecciones de las escuelas de negocios para salir de la crisis

Otra vez. Han vuelto a hacerlo. ESADE, IESE e IE Business School están en los primeros puestos de los rankings internacionales, confirmando el prestigio de la educación española en materia de negocios y empresa. Más aún, EADA también se coloca entre las veinticinco primeras. ESIC aparece en otros listados. Suma y sigue.

Es una noticia recurrente y muy positiva para la economía española. Cuando analizo qué tienen en común estas escuelas me salen algunos elementos fundamentales, que están bien insertados en el ADN de sus programas. Se pueden extraer algunas conclusiones, que serían de aplicación ya para salir de la crisis por otras vías que no repitan los errores del pasado. La consolidación de la universidad y la educación ejecutiva atrae talento, genera oportunidades y estimula la economía del conocimiento.

La internacionalización. Cuando uno observa el claustro, los programas o las actividades, descubre que las principales escuelas de negocio han eliminado las barreras mentales de "ser local". Son globales porque su mercado así se ha desarrollado. Exige movilidad y una visión compleja del mundo de los negocios. No podemos levantar unas barreras que la economía, el mercado y los consumidores se han preocupado de derribar.

La flexibilidad. Recientemente, un amigo me pedía consejo sobre los MBAs de una de estas escuelas. No he sabido recomendarle uno concreto: hay diferentes versiones, formatos y tamaños. En inglés y en español. Presencial diario, dos veces al mes o periódicamente. 100% online o con semanas presenciales. Y lo que uno quiera. Tal flexibilidad no la encuentro en otros sectores de actividad económica, anclados en el modelo fordista de producción y distribución en masa. En el modelo económico actual, la personalización y el ajuste a la demanda concreta son fuentes de ventaja competitiva.

La gestión. Hace unos meses, Jesús Fernández-Villaverde desgranaba su experiencia profesional en Estados Unidos en el ámbito académico. No se trata de privatizar sin orden ni control, sino de establecer unos mecanismos de buen gobierno que permitan a las universidades (¡y a las empresas!) dirigirse de acuerdo con criterios profesionales y no políticos. Hay que huir del capitalismo de BOE para fomentar la competitividad. Estas escuelas presentan menos rigideces que otros sectores económicos. Copiemos las buenas experiencias.

La marca. Las tres grandes cuentan con marcas poderosas, reconocibles internacionalmente y con capacidad de seducción. Vivimos en un entorno donde la innovación, el diseño y la marca son activos que se tienen que gestionar. ¿Cuántas pymes vemos que apenas cuidan su imagen o su diseño? Es hora de apostar por la gestión de los intangibles para convertirlos en fuentes de competitividad.

Las redes sociales. Da gusto seguir a estas escuelas porque han sabido comprender las bondades de un marketing digital. Encontramos blogs de profesores o de áreas de conocimiento, actividad tuitera, promoción de los profesores y los programas y todo tipo de acciones en medios sociales. Otros profesores, como Enrique Dans, son protagonistas de la red social. Esto no cuadra con la actividad de la pyme española, que todavía no ha incluido la actividad digital en la gestión de la compañía. Somos conservadores en un mundo donde lo normal es la complejidad, la incertidumbre y el cambio permanente. Cuanto antes empecemos, antes comenzaremos a hacerlo bien.

Son pistas para salir de la crisis. Como escribió recientemente Javier Santiso (@JavierSantiso) en El País: "España tiene que reinventarse. La crisis pasará, y el sol y la luz seguirán brillando sobre nuestras cabezas. Pero tendremos que echarle razón y corazón para salir bien parados de esta. Para ello tendremos que resetear nuestros mapas mentales. Y actuar con valor y valores para salir bien parados de ella. Atraer inversiones y centros de decisión de fondos soberanos podría ser una manera (audaz) de colocarnos todavía más en el mapa internacional.". Otra forma realmente innovadora de salir de la crisis sería apostar de una vez por la creación de hubs de educación internacional en España. Ya he escrito sobre cómo dar cuerpo a estas ideas, cómo fomentar la innovación y el emprendimiento o cómo tomar medidas concretas para superar Bolonia. A ver cuándo empezamos.

PD. En nuestro libro "Retos de nuestra acción exterior: Diplomacia pública y Marca España" hay un capítulo dedicado a las universidades escrito por José Ramón Pin y Francisco Iniesta, ambos profesores de IESE. Recomiendo su lectura para animar el debate.

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