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Solo dos mantendrán el estatus de caja, Ontinyent y Pollença

La Caixa, Ibercaja, Kutxa y Unicaja serán fundaciones

Solo mantendrán el estatus jurídico de cajas dos entidades, las más pequeñas del sector, Ontinyent y Pollença, que además, deberán limitar su actividad a su zona de origen.

El viernes finalizó el plazo para que España remitiera a Bruselas los compromisos para la recapitalización bancaria, y en concreto, para la transformación de las cajas de ahorros. Economía, junto al sector, ha elaborado un informe de principios generales y que fue remitido el jueves a Bruselas. Ahora el sector junto al Gobierno elaborarán una ley para desarrollar estos principios. La norma tendrá que pasar por el Congreso y no se aprobará, según cálculos del sector, hasta la próxima primavera.

El resto de las cajas de ahorros ya han iniciado o iniciarán en breve los trámites para transformarse en fundaciones tras perder el control de sus bancos al haber recibido ayudas públicas. Aunque en este caso, la norma ya fue publicada el 15 de noviembre.

La diferencia entre las fundaciones que constituirán las cajas sanas de las del resto es que las primeras serán fundaciones bancarias y se regirán por otras normas que hay que desarrollar. Entre ellas, lo lógico es que dependan del Gobierno central, mientras que las fundaciones ordinarias (ahora denominadas especiales) dependen de las comunidades autónomas. La Caixa, Kutxabank, Ibercaja y Unicaja, además, deberán cambiar sus consejos de administración según fijan las recomendaciones del FMI para que no coincidan los miembros de sus futuras fundaciones con las de los bancos que controlan. De esta forma, los presidentes de las fundaciones no podrán serlo también de los bancos, a no ser que Bruselas admita la proposición del sector de que los presidentes no ejecutivos en las fundaciones puedan ser ejecutivos en sus bancos.

Además, el MoU prevé que estas cuatro cajas sanas pierdan de forma "eventual" el control de sus bancos -CaixaBank, Kutxabank, Ibercaja Banco y Unicaja Banco-. Este es el punto más conflictivo para el sector que no quiere "malvender" parte de sus bancos para perder la mayoría como establece Bruselas, explican fuentes del sector.

Las cajas, a través de la CECA, piden que esta reducción "debería articularse por medio de incentivos que aseguren una desinversión gradual y prudente. Y que en todo caso, debería evitarse un modelo de venta forzosa, con plazos prefijados, que, en condiciones actuales, abocaría a pérdidas patrimoniales, tal y como la experiencia del modelo italiano demostró". Pese a su transformación en fundaciones las cajas quieren "preservar la obra social y su modelo de negocio bancario minorista, centrado en las necesidades financieras de familias y pymes".

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