Las mutuas prevén un ahorro de 7.600 millones si gestionan las bajas médicas
Las mutuas aseguran que ahorrarían a la Administración 7.600 millones de euros anuales si gestionaran las bajas médicas de los trabajadores, un papel del que recelan los sindicatos porque consideran que el interés privado se impondría sobre la protección de la salud.
El control del absentismo es una de las cuestiones que el Gobierno abordará en la futura ley de mutuas, entre enero y marzo de 2013, y la patronal de las mutuas AMAT ha trasladado a la Seguridad Social sus propuestas.
Estas empresas aspiran a un modelo que les conceda más autonomía en la gestión y les permita contribuir a combatir el absentismo.
El presidente de AMAT, Juan Echevarría, ha asegurado a Efe que si las mutuas participaran en el proceso de las altas, se reduciría entre un 30 % y un 40 % la duración de las enfermedades, aunque reconoce que no tienen capacidad suficiente para asumir esa tarea al cien por cien.
Establecer cómo podrían ayudar las mutuas en ese proceso es una de las cuestiones que deben precisarse.
La otra, es establecer una definición precisa del absentismo.
Entre patronales y sindicatos hay un amplio abanico de definiciones para el absentismo que van desde la diferencia entre horas trabajadas y contratadas hasta un derecho del trabajador, pasando por la enfermedad común, el periodo de formación, el embarazo, la maternidad, las vacaciones, las bajas por muerte de familiar o permisos varios.
Según fuentes empresariales, el absentismo generó un gasto de 64.000 millones de euros en 2012, pero resulta difícil calcular con exactitud ese coste si no hay consenso sobre lo que significa el término.
El secretario confederal de Seguridad Social de CCOO, Carlos Bravo, ha dicho a Efe que la patronal debe ajustar sus cifras porque no existen datos oficiales sobre absentismo.
Según Bravo, la patronal CEOE tiene en cuenta cualquier ausencia del trabajo, incluida la capacidad temporal, los permisos o las vacaciones, mientras que CCOO considera que el absentismo se refiere sólo a las ausencias no justificadas al trabajo.
Para la mutua Egarsat, el absentismo se centra en accidentes de trabajo y enfermedad común, según ha explicado a Efe su director de Organización y Red territorial, Sergi Riau, redactor principal de "La guía práctica para la gestión del absentismo".
A juicio de Riau, la imposibilidad de saber cuánto tiempo necesita una persona para recuperarse de una enfermedad hace que la gestión del empresario sea fundamental para combatir el absentismo, mediante seguimiento y control, pero, sobre todo, con motivación.
En este terreno, los empresarios pueden luchar en varios frentes, ha explicado, como por ejemplo, modificar el proceso de selección del empleado, investigar las actitudes, obtener referencias de otras empresas y conocer si el trabajador utilizaba todos los permisos o no, entre otros criterios.
Riau defiende el papel de las mutuas a la hora de determinar si una patología determinada incapacita o no a un trabajador para desarrollar su actividad.
Aspecto compartido por Echavarría quien entiende que la rapidez en la curación no se debe a que las mutuas envíen a los enfermos a trabajar antes sino porque la atención a través de estas empresas es más personalizada que la del sistema público de salud.
Sin embargo, Bravo cree que cuando las mutuas hablan de control se refieren al de las prestaciones, y que al trabajador se le "empuja" a acudir a su puesto antes de tiempo.
En su opinión, se debe potenciar el trabajo coordinado de las mutuas, los servicios de Seguridad Social y el sistema sanitario, "tres patas necesarias para que nadie esté ni un día más de baja de lo que necesita pero ni un día menos".
Eso puede conseguirse si se agilizan los diagnósticos, no se demoran las pruebas (radiografías, etc.) ni los procesos de rehabilitación y además se eliminan cargas administrativas, como el tener que ir todas las semanas a la Seguridad Social cuando estás enfermo.