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La cumbre europea continúa hoy con posiciones muy enfrentadas

La negociación del presupuesto de la UE se estanca

La UE retomará hoy las negociaciones de su marco presupuestario tras una primera ronda que el jueves no logró variar demasiado las posiciones. Berlín y Londres siguen reclamando mayores recortes, mientras que España, Francia o Italia, se aferran al billón de euros propuesto por la Comisión Europea.

Mariano Rajoy, tras la cumbre europea de finales de junio
Mariano Rajoy, tras la cumbre europea de finales de junio

El recorte para el próximo periodo presupuestario (2014-2020) alcanza ya el 13%, tanto en fondos agrícolas como estructurales, en relación con el periodo actual (2007-2013). Pero la tijera continúa en marcha ante la demanda de los países contribuyentes netos (los que pagan a la caja común más de lo que reciben) y, en particular, de Reino Unido y Alemania.

La canciller alemana, Angela Merkel, reclama un tajo de unos 100.000 millones de euros sobre la propuesta inicial (1,09 billones). Y el primer ministro británico, David Cameron, doblaba esa exigencia. El presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, les ofreció de entrada un recorte de 80.000 millones.

A última hora del jueves, y tras escuchar en encuentros bilaterales a todos los líderes europeos, Van Rompuy varió ligeramente su propuesta, para incrementar en unos 8.000 millones de euros el gasto agrícola y en unos 10.000 millones la cohesión. En el caso concreto de España, se le asignaría un sobre de 2.600 millones en fondos para las comunidades autónomas y para las ciudades de Ceuta y Melilla. Pero los parámetros esenciales no variaron y las posiciones entre los socios terminaron muy encontradas.

"Por lo que he visto, los países que defienden la cohesión y la agricultura están en posiciones muy alejadas de los contribuyentes netos [los que aportan más de lo que recibe] que Van Rompuy tendrá muy difícil presentar una propuesta de compromiso", señaló el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, tras reunirse con los miembros del Consejo Europeo.

Rajoy no salió tan pesimista y consideró que "es posible un acuerdo". Y el presidente francés, François Hollande, también aseguró que "ha habido avances y se han clarificado posiciones".

Las negociaciones se retomarán el viernes por la mañana, de nuevo con citas bilaterales de los presidentes con Van Rompuy, antes de una reunión plenaria en la que se intentará dar el impulso definitivo a las negociaciones.

De momento, España e Italia se perfilan como dos de los países más afectados, pues no solo pueden perder en subsidios agrícolas y de cohesión (hasta 20.000 millones de euros en el caso español), sino que, además, verán aumentada su contribución por la presencia de socios más pobres en Europa Central y del Este.

"España dará la batalla en el buen sentido de la palabra", advertía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nada más llegar a Bruselas. Rajoy señaló como prioridad la defensa de las regiones en peligro de perder fondos (Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha, Canarias y Ceuta y Melilla).

España reivindicará, además, que se tenga en cuenta el impacto de la crisis. Pero Rajoy no se marcó un objetivo por la parte de retorno porque la prioridad española en estos presupuestos es el saldo y eso, señaló Rajoy, "dependerá de lo que tenga que aportar España".

Vetos

El primer ministro italiano, Mario Monti, apuntó en la misma dirección y calificó como "desproporcionado" el impacto del proyecto en el saldo comunitario de Roma, lo que podría abrir la vía para una rebaja de su contribución similar a la que ya disfrutan otros países. "La hora de los regalos solo llegará en la recta final de las negociaciones", advertían en el entorno de Van Rompuy. Las mismas fuentes indicaban que la cumbre no se hubiera convocado "si no hubiera posibilidades de acuerdo".

Pero el acuerdo parecía ayer "très difficile", como le comentó Rajoy en francés al presidente Hollande. Ente los principales obstáculos figuraba Cameron, quien fue el primero, precisamente, en reunirse en privado con Van Rompuy, para plantearle sus condiciones para no vetar el acuerdo. La principal, el "cheque británico", que reduce casi a la mitad la aportación de Londres al club comunitario.

Cameron reclama además un recorte mucho mayor que el planteado por Van Rompuy, así como una reducción significativa del gasto en la burocracia europea, cifrado ahora en 62.000 millones de euros.

El margen de maniobra se reduce porque cada concesión a Cameron podría provocar el rechazo del Parlamento europeo, que por primera vez dispone de voto sobre el marco financiero.

¿Fracaso?

Si hoy o mañana no se logra el acuerdo, la UE podría retomar las negociaciones el próximo mes de febrero. Y si las posiciones no han variado, el club comunitario tendría que optar por aprobar presupuestos anuales, que solo requieren mayoría cualificada. Esa opción, sin embargo, podría desestabilizar políticamente la UE en un momento de crisis económica.

El relevo en el BCE y los rescates de Grecia y Chipre

El Consejo Europeo aprobó anoche (jueves) el nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo en sustitución del español José Manuel González Páramo, cuyo mandato expiró el pasado 31 de mayo. Solo España votó en contra de una decisión que supone su salida de la cúpula del BCE por primera vez desde el nacimento del euro. Hasta ahora, un acuerdo tácito otorgaba a las cuatro grandes economía de la zona euro (Alemania, Francia, Italia y España) un puesto permanente en Fráncfort. El Gobierno de Rajoy frenó a principios de mes el nombramiento de Mersch para forzar un debate en el Consejo sobre la ausencia de España. Pero ayer España no pudo vetar, porque la designación de Mersch solo requería la mayoría cualificada. El Consejo Europeo ni siquiera tomó en cuenta el voto del Parlamento en contra de la candidatura de Mersch, por motivos de falta de equilibrio de género en el Comité Ejecutivo (los seis miembros son varones).Sobre la cumbre presupuestaria también planearon dos rescates multimillonarios. El de Grecia, bloqueado a la espera del visto bueno de Berlín a una ampliación de 10.000 millones de euros. Y el de Chipre, que ayer parecía a punto de cerrarse por unos 14.000 millones.

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