Miau, a subasta tras fracasar la Xunta en su intento de venta
Los bienes de la conservera Bernardo Alfageme, con más de 100 años de historia, serán subastados, entre ellos la marca Miau, después de que la Xunta haya tratado de vender la compañía. El Gobierno gallego asegura que ninguna de las ofertas presentadas aseguraban el empleo de la compañía. Una de las compañías interesadas, Grupo Consorcio, desmiente la postura oficial.
El Instituto Galego de Promoción Economica (Igape), dependiente de la Consellería de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, ha informado que ninguna de las ofertas presentadas para hacerse cargo de la conservera Bernardo Alfageme "cumplen los requisitos mínimos exigidos con respeto al mantenimiento de los puestos de trabajo y no aseguran el cumplimiento de sus planes".
La compañía viguesa, propietaria de la marca Miau, con más de 100 años de historia, se declaró en concurso de acreedores en abril de 2010. Un año después se abrió el proceso de liquidación y este año el concurso fue declarado culpable por el juez.
El Gobierno del PSdeG-BNG de la Xunta de Galicia apoyó con más de 30 millones de euros a la conservera una vez pasó a manos de la familia Lago. Por esta razón la Xunta es ahora uno de los mayores acreedores de la compañía, posiblemente el principal, y organizó en septiembre un proceso para tratar de traspasar la empresa.
A finales de la semana pasada el Igape informó que el mantenimiento de los 150 puestos de trabajo, por lo menos 100 durante los próximos diez años, así como el compromiso de mantener un capital social de dos millones de euros durante un plazo mínimo de diez años eran condiciones exigidas para "la condonación de los más de 30 millones de euros derivados del pago de los avales comprometidos por el Gobierno bipartito, que suponen el mayor aval en la historia de la Xunta de Galicia".
El organismo subrayó en un comunicado que ha quedado "de manifiesto la imposibilidad legal de condonar la deuda a ninguna de las compañías interesadas en la adquisición de la conservera".
Sin embargo una de las empresas interesadas en la conservera gallega, la cántabra Grupo Consorcio, aseguró ayer en un comunicado que su oferta cumple con todos los requisitos y que los condicionantes de los que habla la Xunta referentes al empleo y al mantenimiento de la actividad "no forman parte del contenido establecido para las ofertas". Grupo Consorcio es líder en España en venta de anchoa y en Italia en venta de atún en bote; sus productos se venden en 40 países y está presente con una fábrica en Perú.
Tras fracasar la Xunta en su intento de venta, el juzgado de lo mercantil número tres de Pontevedra, que sigue el concurso de la conservera, informó del inicio de una subasta de bienes de Bernardo Alfageme.
Los bienes que se subastan son la fábrica de la compañía en Pontevedra, que ocupa una superficie de 8.692 metros cuadrados, con oficinas y almacén y que cuenta con una hipoteca a favor del Igape por 4,8 millones; dos naves que ocupan 13.219 metros cuadrados con hipoteca a favor del Igape por 9,9 millones; y la marca Miau, gravada con hipoteca a favor del Igape por un principal de 14,5 millones de euros, 1,4 millones de intereses de demora y 1,4 millones de costas.
El juzgado indicó en el edicto del viernes que la convocatoria se publica con "al menos un mes de antelación" a la fecha de celebración de la subasta.
El "trasfondo político" del concurso
En el año 2005 la compañía de conservas Bernardo Alfageme dejó definitivamente de ser un grupo familiar. Los decendientes del fundador de la empresa creada en el siglo XIX vendieron el grupo a la firma Inversiones Louredo, controlada por empresarios vigueses que pretendían crear un gran grupo de conservas adquiriendo sociedades del sector llegando a proponer la adquisición del grupo Calvo.
En menos de un año Bernardo Alfageme volvió a cambiar de manos. La inmobiliaria viguesa Promalar se hizo con el 100% de las conserveras Bernardo Alfageme y Peña. La nueva propietaria de la marca Miau, Promociones y Maderas Lago Rey SL (Promalar) pertenece a Juan Lago Pérez, con intereses en la construcción, promoción inmobiliaria, canteras y negocio eólico.
Fuentes de Promalar con las que ayer contactó este diario aseguraron que tras el concurso de Alfageme hay un "trasfondo político". "El anterior Gobierno de la Xunta apoyó efectivamente con 30 millones a la empresa, para pagar deudas ya contraídas, pero el cambio de Gobierno, en 2009, paralizó otras ayudas necesarias para dar viabilidad al grupo", subrayaron. "No entendemos la posición de la Xunta, finalmente han perdido todos, Alfageme, sus propietarios y la misma Xunta". Las mismas fuentes desmintieron que tras la compra de la conservera existieran fines especulativos inmobiliarios.