La mora como señal de la economía
La tasa de morosidad de los créditos vivos concedidos por la banca en España alcanza el 10,7%, un nivel desconocido incluso durante la severa crisis económica de los años noventa, que amenaza con elevarse aún más en los próximos meses. La fuerte destrucción de empleo estimada hasta la primavera, que podría llevar el paro por encima de los seis millones de personas, así como el desapalancamiento de los agentes económicos, tanto de empresas como de hogares, aumentará el crédito que no está al corriente de pago y, desde luego, su porcentaje sobre la cartera crediticia total. Este 2012 puede terminar con cerca de 200.000 millones de euros en mora, nada menos que el 20% del PIB nacional, una cantidad que revela el desmesurado crecimiento de los créditos durante la última década, así como los problemas de la banca española para hacerle frente.
El rescate bancario solicitado por España cuando en la primavera se cerraron los mercados para el país, sobre todo tras la explosión de la crisis de Bankia, así como la nacionalización de cuatro grandes entidades con un balance agregado de más de medio billón de euros, así como la creación del banco malo para alojar todos los cuantiosos activos inmobiliarios dañados, es la consecuencia lógica del sobreendeudamiento, que solo puede ser afrontado con ayuda de los socios comunitarios y la paciencia suficiente como para dar tiempo a que los agentes económicos saneen sus balances. Haber retrasado esta operación de limpieza de la banca hasta este año no ha sido una buena idea, pero ya no tiene remedio. æscaron;nicamente resta esperar que una aplicación rigorista de cada uno de los pasos pactados con Bruselas devuelva la solvencia a la banca intervenida y oxigene a la que, siendo solvente, tiene el negocio bajo mínimos por la desconfianza general hacia España.
Una aplicación rigorista de la hoja de ruta fijada supone reducir los balances de la banca nacionalizada tras extirpar la gangrena inmobiliaria, que pasará a ser financiada con dinero público, y con parte de capital privado si el Gobierno logra encontrar socios que sustenten el banco malo (Sareb). Pero debe ser acompañada con una reducción muy importante de la capacidad instalada en la industria financiera, para que en un periodo relativamente corto toda la banca esté en condiciones de captar liquidez sin problemas (cosa que hoy no ocurre plenamente) y de dar crédito sin riesgos excesivos (lo que hoy tampoco pasa). Sin tales campos abiertos no habrá una recuperación de la economía consistente, puesto que con el combustible del ahorro privado únicamente no es suficiente. Este año todos los bancos, sin excepción, han registrado caída del crédito en España. La mora rampante solo es soportable con un avance del préstamo solvente que eleve la cartera y proporcione recursos para cubrir los impagados.