Los titulares de hipotecas sobre casas tardan en pagarlas de media 13,2 años
Los largos plazos de amortización de las hipotecas, a 20, 30 e incluso 40 años, han favorecido que muchas familias puedan comprar una vivienda. Pese a esos préstamos para casi toda la vida, lo cierto es que los hogares han tratado históricamente de pagarlos cuanto antes, tal y como demuestra la estadística que maneja la banca. El plazo efectivo de pago es ahora de 13,2 años cuando antes de la crisis no llegaba a 10 años.
Una de las ventajas que trajo consigo el euro y la entrada de España en la Unión Monetaria fue la caída en picado de los tipos de interés y un nuevo concepto de hipoteca. Frente a los tradicionales préstamos a 10 o 15 años con tipos de dos dígitos, la banca empezó a comercializar hipotecas a 20, 25, 30 y hasta 40 años que, como por arte de magia, bajaban la cuota mensual a pagar a niveles muy asequibles para una inmensa mayoría de la población. Después vino el boom inmobiliario y todo lo (bueno y malo) que propició después el pinchazo de la burbuja.
Pero aunque estos días vuelven a recordarse los presuntos abusos cometidos por muchas entidades financieras que no informaron suficientemente claro a sus clientes de los riesgos que conllevaban estos créditos (referenciados en su mayoría al euríbor, indicador muy volátil en determinadas circunstancias), lo cierto es que cuando la economía crecía la contratación de estas hipotecas para casi toda la vida no entrañaba demasiados problemas ni para sus titulares ni para el sector financiero.
Según la estadística que elabora la Asociación Hipotecaria de España (AHE) a la que ha tenido acceso CincoDías, la vida media de la cartera residencial, entendiendo por ella los préstamos hipotecarios sobre viviendas, era en 2002 de 8,8 años y llegó a bajar a apenas 7,7 años en 2003. Ahora con la crisis ha repuntado hasta las 13,27 anualidades.
¿Cómo es posible pagar una hipoteca que se contrató a 20 años en apenas ocho? Por varias formas. La primera y más común durante el pasado boom fue vendiendo la primera casa para adquirir otra mejor. Con el dinero obtenido en la venta se lograba cancelar la hipoteca y, en los mejores casos, dar la entrada para la segunda vivienda. Eran las llamadas compras de reposición.
Otra fórmula empleada por los hogares era pagar más cuota de la establecida por su crédito, se denominaban amortizaciones anticipadas de capital y tenían como efecto el acortamiento del plazo de la hipoteca y, con ello, la reducción de los intereses a pagar. Si una familia con exceso de renta realizaba esa operación cada año (conviene recordar que hasta un límite de esos desembolsos podían deducirse después en el IRPF), lograba acortar sensiblemente la vida real de su préstamo.
Ahora, con la rebaja de salarios, el aumento del paro y la subida de precios e impuestos los titulares de hipotecas bastante tienen con cumplir puntualmente con sus recibos, lo que explica que el plazo efectivo haya aumentado de esos 8,8 años a 13,2.
Por el contrario, la vida media de la cartera hipotecaria total (que incluye préstamos con garantía hipotecaria sobre otros inmuebles que no sean casas) ha logrado reducirse incluso en plena crisis y ha pasado de 7,4 años de promedio en 2002 a 5,82 en junio de este ejercicio, según las cifras que maneja la AHE.
Los expertos recuerdan que estas cifras demuestran que la ampliación del plazo de contratación de las hipotecas no puso en riesgo la solvencia del sistema hipotecario español.