"Grecia nunca debería haber entrado en el euro pero su salida ahora no es la solución"
Tad Fetter, director y especialista de producto de Brandywine -filial de Legg Mason, gestora estadounidense con un patrimonio de 651.000 millones de dólares-, considera que la economía americana es una de las regiones con mejores perspectivas. Al otro lado del Atlántico se halla una Europa cuyo principal problema es la ineficacia política.
La crisis de la eurozona ha llevado al Banco Central Europeo a adquirir un gran protagonismo. Mario Draghi y las medidas anunciadas han acaparado la atención de unos mercados que hasta hace unos meses miraban con temor la ruptura del euro. Sin embargo, la institución con sede en Fráncfort no ha sido la única que ha puesto en marcha medidas para estimular el crecimiento y poder salir a flote de la crisis. "Por primera vez desde 2008 los principales bancos centrales están adoptando políticas monetarias más agresivas". Esta idea es defendida por Tad Fetter, director y especialista de producto de Brandywine, filial de Legg Mason, que considera que a día de hoy el mercado estadounidense es donde existe más valor.
En un encuentro con periodistas celebrado en Madrid, el experto ha remarcado el apogeo que viven las políticas de estímulo monetario. Su principal exponente se encuentra en la bajada o mantenimiento de los tipos de interés en niveles mínimos. Pero esto, "aunque es positivo, no es suficiente". Son necesarias medidas complementarias que ayuden a impulsar el crecimiento y devuelvan la calma al mercado. Y es dentro de este apartado donde Fetter pone en valor las actuaciones de la Fed, que han contribuido a impulsar la economía de un país que tiene por delante una ardua tarea en materia de déficit.
A pesar de ello, el experto de Brandywine considera que EE UU es una de las regiones con mejores perspectivas: "La recuperación del empleo, aunque lenta, ha sido más rápida que en crisis financieras pasadas. A ello hay que sumar el menor endeudamiento de las familias que ha contribuido de manera positiva al consumo y al sector privado, cuyo comportamiento ha superado las previsiones".
Pero mientras EE UU parece que encauza la senda de la recuperación, el Viejo Continente sigue lastrando a la economía mundial. El gran problema de Europa, según Fetter, ha sido la actitud de los gobiernos. La falta de entendimiento y la lentitud a la hora de adoptar decisiones de consenso han mermado los efectos de las medidas desarrolladas por el BCE. Pruebas de ello no han faltado. Las reticencias de Alemania a cualquier acuerdo sobre la ayuda a los países periféricos han marcado el rumbo de las cumbres europeas. Las dudas generadas por Grecia y la necesidad de un segundo rescate llevaron a muchos a temer por el futuro del euro. Sin embargo, su ruptura parece ya algo lejano. Tad Fetter considera que en este apartado "Mario Draghi ha jugado un papel muy importante". La bajada de tipos, la compra de bonos para impedir la quiebra de Italia en un momento en que su curva de tipos se invertía, las dos megainyecciones de liquidez con el objetivo de activar el grifo del crédito así como la compra de bonos una vez que los países soliciten la ayuda resumen su año de gestión al frente del BCE.
La posibilidad de que España pida el rescate es una de las preguntas que no podían pasarse por alto en un momento en el que el mercado y la mayoría de los analistas consideran que es inevitable. Fetter se suma al grueso de expertos que ven bastante probable el hecho que el Ejecutivo solicite la ayuda a Europa pero "tal petición no sería necesariamente una mala noticia para España pues actuaría como un respaldo a la financiación del mercado". "La clave está en las condiciones que se deriven del plan, algo en lo que se está trabajando y que permitirían allanar el camino en el mercado de deuda", indica. De hecho la prueba de esto se encuentra en las exigencias del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que solo estaría dispuesto a solicitar el rescate cuando la prima supere los 600 puntos o si el BCE le garantiza que el riesgo país pueda bajar a los 200 puntos básicos.
"El respaldo del BCE mediante la compra de bonos así como unas mejores perspectivas de crecimiento económico permitirían a los bonos españoles abandonar los niveles actuales, convirtiéndolos en una buena inversión". Estos dos factores son seguidos muy de cerca por Brandywine a la hora de medir la exposición a la deuda española.
De estas declaraciones se desprende que el futuro de España, aunque pase por a petición del rescate, no es tan negro como en algunas ocasiones se ha llegado a decir. Sin embargo, para Fetter Grecia no parece que corra la misma suerte. En su opinión el país heleno que tantas veces ha hecho tambalear al euro "nunca debería haber llegado a formar parte de la moneda única". Pero su salida ahora no es la solución ya que las consecuencias de su expulsión serían aún peores. "Una vez que Europa vuelva a crecer, el crédito fluya libremente y el mercado de deuda haya regresado a la normalidad, podría plantearse la expulsión de Grecia".