Obama habla menos de infraestructuras

Las mayores constructoras españolas están haciendo de Estados Unidos prácticamente un mercado doméstico. Algunas a base de comprar empresas locales. ACS apostó principalmente por la costa Este, al igual que OHL. Ferrovial se ha hecho fuerte en Texas, Indiana, Illinois y en Virginia, mientras FCC está sembrando, como Sacyr o Comsa, entre otras referencias. Muchas de ellas aplauden la reelección del Presidente Obama, impulsor de un ambicioso plan de infraestructuras en 2010. El programa ponía sobre la mesa una primera inyección de 50.000 millones de dólares, que se sumaba a incentivos fiscales para las empresas que crearan empleo. Todo ello en busca de combatir el paro.

Es verdad que este estímulo en forma de construcción ha chocado en ocasiones con las dificultades económicas del momento y que numerosos proyectos no han cristalizado aún en concursos. Pero quedó claro que Obama está dispuesto a salir de la crisis a base de mover el motor de la economía, con inversión pública y generando espacio a la colaboración público privada.

Sólo con la declaración de intenciones las empresas españolas decidieron mantener su fuerte apuesta por el país norteamericano. La duda ahora para algunas de los conglomerados españoles de la construcción es que el debate sobre infraestructuras, nuclear en la pasada legislatura, prácticamente ha sido inexistente durante la campaña electoral y especialmente en los debates entre los candidatos. Un hecho que no pasó inadvertido entre los directivos de estas compañías y que ha llegado a causar cierta incertidumbre en las últimas semanas.