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Los últimos sondeos no se ponen de acuerdo sobre si repetirá Obama o ganará Romney

Los mercados quieren un vencedor claro en EE UU

Los mercados han abierto hoy con la vista puesta en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y, sobre todo, el temor a un "empate técnico" entre Barack Obama y Mitt Romney, que haría cundir la incertidumbre en las plazas financieras mundiales hasta que se dirimiera el vencedor.

Según los analistas consultados por Efe, el resultado se prevé tan ajustado que los inversores reaccionarían positivamente siempre que haya un claro triunfador. Un "empate" prolongaría la incertidumbre y los vaivenes bursátiles hasta que se determinara un vencedor.

Los expertos afirman que los mercados no han anticipado todavía la victoria de Barack Obama, que dispone de una pequeña ventaja en los últimos sondeos.

Además, consideran relevante la composición del Congreso que salga de las urnas -se renueva entera la Cámara de los Representantes y un tercio del Senado-, ya que es fundamental para determinar la política fiscal, clave para evitar la recesión en el futuro próximo y el control déficit.

El analista de Capital Economics Julian Jessop aseguró que, en principio, una victoria del republicano Mitt Romney sería mejor recibida por los inversores, pues promete un trato fiscal más favorable para los grandes capitales y una desregulación energética.

Sin embargo, también generaría una incertidumbre adicional en los mercados por su política comercial, especialmente hacia China.

Además, Romney quiere sustituir a Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal cuando expire su mandato en 2014, lo que implicaría el fin de su actual política de "expansión cuantitativa", bien recibida durante la legislatura de Obama.

El anuncio ya provocó en su día una caída del precio de los valores y las materias primas, aunque fortaleció al dólar.

En un detallado informe, la división de banca privada del Grupo Santander, Banif, apunta la idea de que la continuidad de las políticas de Obama representa una de sus principales fortalezas. Una victoria demócrata implicaría, en principio, estabilidad en la política de tipos bajos de la Fed que ha contribuido a acelerar la recuperación de EE UU.

En esto coincide Julián Benavente, de Capital Markets, que matiza que "la expansión cuantitativa supondría en principio una debilidad para el dólar".

A pesar de estas previsiones, el interés clave a corto plazo para ambos candidatos es la resolución del llamado "precipicio fiscal" (fiscal cliff), un paquete de medidas fiscales equivalentes al 4% del PIB que vencen en 2013 y que, de expirar sin más, sumirían a Estados Unidos en una recesión.

En este sentido cobran especial relevancia los resultados en el Congreso, en la actualidad muy fragmentado, ya que los republicanos cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes, y, sin embargo, los demócratas dominan en el Senado.

El escenario más propicio para los mercados sería una hegemonía republicana en ambas cámaras, que facilitaría mucho el consenso para consolidar la política fiscal durante el próximo ejercicio.

Sin embargo, lo más probable es que se mantenga el statu quo y ambos partidos tengan que llegar a un acuerdo que, de demorarse, podría aumentar la volatilidad.

"No sabemos cómo reducirán el déficit", señala el analista David Navarro, de Inversis. "Si reducen el gasto sufrirán empresas eléctricas y constructoras", y si aumentan los impuestos lo harán las de consumo, añade.

Respecto a otros sectores, el experto Celso Otero, de Renta 4, cree que la victoria de Mitt Romney beneficiará a la industria pesada, de defensa y a la gran banca. Si gana Obama, el impulso será para el sector sanitario, infraestructuras y energías renovables. "Algunas españolas como Abengoa o Gamesa podrían tener réditos en este caso", recordó Otero.

Banif considera que, de darse la victoria de Obama y un acuerdo sobre la "cuestión fiscal", el dólar tenderá a revalorizarse y su cotización se situará en los próximos meses entre 1,25 y 1,20 dólares por euro.

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