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Rajoy, ¿perezoso, orgulloso o estratega?

Los dichosos mercados empezaron a apretar el torniquete sobre España allá por la primavera de 2010. Desde entonces, los sucesivos gobiernos (cada día, por cierto, más mimetizados) que hemos tenido o sufrido rara vez ha tenido margen de maniobra. Han sido muchas, muchísimas semanas en las que el relato de una inversosímil sucesión de catástrofes terminaba con la coletilla "..y todavía es martes". Muchas semanas que se han hecho muy largas a la elite política y económica del país (el resto harto tenemos con ir tirando). Pero ha habido treguas. Algunas de ellas, bastante largas. Veamos el gráfico de la rentabilidad del bono a 2 años (mejor indicador de tensión que el de 10).

Entre septiembre y noviembre de 2010, en la primavera de 2011, en los primeros meses de 2012 y ahora los tipos de interés parecían controlados, si bien se han ido estabilizando en niveles cada vez más elevados.

Actualmente el Gobierno parece tener una ventaja de la que España no disponía en otras ocasiones: la posible intervención del BCE desanima a los inversores de atacar a España . Y, además (o, mejor dicho, gracias a eso), el Tesoro tiene 37.000 millones en la caja del Banco de España, con lo que puede hacer frente a los vencimientos de los próximos meses. El Gobierno, paradójicamente, insiste en que no tiene prisa alguna por pedir el rescate, si bien desde septiembre ha enviado el mensaje de que tiene preparada la petición.

Desde el mundillo financiero aprietan a Mariano. Casi cada banquero patrio que se acerca a un micrófono pide que se solicite el rescate. La cosa tendría una trascendencia relativa si no fuese porque fuera piensan lo mismo. El FMI lo sugirió en su momento. Moody's dijo que no rebajaba el rating de España precisamente por la posibilidad de pedir un rescate. Y en medios y blogs especializados también se aprecia una cierta impaciencia. Obviamente estos actores solo ven una parte de la cuestión, es decir, el alivio que supone el rescate sobre las condiciones financieras. Y, normalmente, no son gente que sufra en demasía a causa de los recortes.

Ahora, ¿es este retraso culpa del Gobierno? Como comentaba alguien cercano al Ejecutivo hace algunas semanas, "hay algo peor que no pedir el rescate. Pedirlo, y que te digan que no te lo dan". Para que a España se le conceda la línea de crédito preventiva que permitiría activar las compras del BCE, los países de la UE tienen que firmar el acuerdo (el dichoso MoU). Y desde hace algunas semanas la postura del Gobierno alemán ha sido clara: España no necesita el rescate. En paralelo, Merkel ha retrasado la unión bancaria y vetado que la recapitalización de la banca española recaiga sobre el fondo de rescate. En otras palabras, si Rajoy tiene que negociar ahora el rescate, encontrará al otro lado de la mesa a un hueso muy duro de roer. 

Alemania ha dejado caer en alguna ocasión que, si España pide el rescate e Italia no, la crisis de la zona euro simplemente entre en una nueva fase, la presión se traslade a Roma y volvamos a empezar. No sé hasta qué punto es esta una postura real o una pose. Pero el hecho es que Monti no quiere ni oír hablar de rescate. Y tiene elecciones en marzo. Por esto, no sé hasta qué punto se puede cargar solo sobre el Gobierno la decisión de retrasar o no el rescate.

Yo creo que en un momento u otro el mercado apretará de nuevo las tuercas a España, y no hay reformas, recortes o demás que vayan a evitarlo. Lo he dicho muchas veces, no es nada personal; si el BCE no interviene, los especuladores atacarán a España porque pueden ganar dinero con ello. Y así los temores más apocalípticos acaban siendo una profecía autocumplida. Sirva como ejemplo la descomunal salida de capitales registrada en este año 2012. 

España pedirá el rescate. Y lo razonable sería conveniente hacerlo ahora, antes de que algún susto convierta el mar de fondo en un huracán, pero para eso se necesita la luz verde alemana. 

Quizá la estrategia (forzada) de Rajoy pase por ahí. El rescate total de España es demasiado caro y el impago de deuda, demasiado catastrófico. Una alternativa aterradora para todos, Alemania incluida. Como la destrucción mutua asegurada de la Guerra Fría. La paz garantizada no por la buena voluntad, sino por una amenaza devastadora. El rescate parcial tendrá que llegar en un momento u otro.

La Moncloa ha inisistido en que tiene la petición preparada. Si Alemania no quiere negociar las condiciones hoy, ya las negociará mañana. De hecho, Europa (es decir, Alemania) solo ha movido ficha cuando el mundo ha estado al borde de esta destrucción asegurada. Pasó hace un año, y pasó en julio. Y a medida que se acerquen las elecciones germanas de 2013, Merkel tendrá más miedo de una catástrofe financiera en la que ha jugado sus papel.

Que Rajoy pueda negociar en mejores condiciones cuando la prima de riesgo nos estrangule aún más que ahora es una idea profundamente contraintuitiva. Además de una táctica arriesgada, pues el mercado puede arrasar con todos los cálculos previos en una hora y media. Y enfrenta a un Gobierno conservador con los grandes poderes económicos del país. Pero, como comentaba antes, quizá el retraso no sea ni fruto de la pereza ni del orgullo ni, tampoco, una estrategia elegida, sino forzada por las circunstancias. Demasiados quizá, en todo caso. El tiempo nos irá aclarando las cosas.

Música contra la crisis. Elliot Smith, The Biggest Lie. El video está hecho con imágenes de cuando murió, hace casi 10 años ya.

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