La destrucción de empleo se intensifica entre fijos y empleados públicos
La economía española destruyó 96.900 empleos entre julio y septiembre y la tasa de paro registró un nuevo récord, al contabilizar el 25% de desempleados y un total de 5,7 millones de parados. La destrucción de puestos se cebó en los asalariados fijos, los empleados públicos y las mujeres.
El verano ha atemperado algo la destrucción de empleo, pero ésta sigue siendo "dramática" para la economía, tal y como se ha calificado desde el propio Gobierno. Así, entre julio y septiembre la economía española perdió otros 96.900 ocupados y ganó 85.000 nuevos parados, hasta sumar un total de 5,7 millones de desempleados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Esto hizo escalar la tasa de paro a un nuevo máximo (el 25%), con lo que ya es oficial: uno de cada cuatro residentes en disposición de trabajar no tiene empleo.
La destrucción de empleo del pasado verano queda lejos de la registrada en el mismo periodo del año anterior (146.800) cuando se confirmó el grave recrudecimiento de la crisis y se sitúa en niveles ligeramente superiores al ritmo de caída de la ocupación experimentada en los veranos de los años más crudos de la desaceleración (2008 y 2009). Asimismo, los 97.000 empleos menos de este verano tampoco tienen nada que ver con caídas de ocupación en el entorno de las 350.000 personas registradas en el último trimestre de 2011 y primero de 2012.
Sin embargo, todo esto que pudiera reflejar ciertas mejoras en el mercado de trabajo, se enfría al analizar las cifras desestacionalizadas de la EPA del tercer trimestre de este año. Estos datos corrigen los efectos del calendario por lo que son especialmente interesantes en el periodo estival, y muestran que la destrucción de empleo duplica la oficial, al registrar 175.000 ocupados menos. Según estas cifras ajustadas, que elabora el Ministerio de Economía, el número de parados rozaría los seis millones (5,9 millones) y la tasa de desempleo se elevaría al 25,5%.
No obstante, tampoco se pueden olvidar otros factores del mercado de trabajo a la hora de evaluar esta elevada tasa de paro. Así, esta nueva escalada también está propiciada por el desánimo de la población española y la marcha de inmigrantes a sus países de origen o a otros con una economía más boyante. Estos dos efectos hacen que descienda el número de personas dispuestas a ocupar un empleo y, por lo tanto, el porcentaje de parados sobre el total de la población activa aumenta. En concreto, se registraron 35.100 pasivos (que no quieren trabajar) más en verano y se detectó un descenso de la población extranjera de 47.600 personas en el trimestre.
Los más afectados
Dicho esto ¿Qué es lo último ocurrido en el mercado de trabajo? El colectivo afectado está bastante acotado y refleja que la destrucción de empleo se ha intensificado, sobre todo en el empleo estructural indefinido y en el sector público.
Así, tal y como viene sucediendo a lo largo del recrudecimiento de la crisis desde mediados del año pasado, la destrucción de puestos se sigue cebando en los asalariados con contrato fijo. Así mientras el total de la economía perdió casi 97.000 trabajadores, el colectivo de asalariados indefinidos vio desaparecer 179.400 efectivos. Esto se explica porque, además, se crearon 15.300 empleos temporales y 65.100 trabajadores autónomos, que contrarrestaron la pérdida de indefinidos.
El sector público, por su parte, siguió sufriendo el efecto de los recortes presupuestarios y de la reforma laboral, que facilita los despidos del personal al servicio de las administraciones y empresas públicas. Todo este colectivo registró una mayor destrucción de puestos de trabajo que el sector privado, a pesar de que los empleados públicos solo representan el 17,2% de todos los ocupados. En concreto, entre julio y septiembre se perdieron 49.400 empleos públicos y 47.500 privados.
Leves signos de mejora
Un análisis detallado de la EPA deja ver, sin embargo, algún síntoma por leve que sea de mejora del mercado. Además del citado repunte del empleo por cuenta propia, el pasado verano se produjo otra circunstancia que podría arrojar cierta esperanza de recuperación. Por primera vez en cinco trimestres, desde la primavera de 2011, la industria volvió a crear empleo. Una cantidad prácticamente testimonial (3.700 personas) que podría atribuirse a la mejora que vienen registrando las exportaciones, que crecieron un 4,1% entre enero y agosto.
Asimismo otros dos signos esperanzadores en mayor o menor medida pueden encontrarse en el descenso por primera vez de la tasa de paro del cabeza de familia y el prácticamente estancamiento del número de hogares con todos sus miembros en paro, que registra el menor avance de la crisis (200 familias más).