Kleenex pone el cartel de "se vende" en su fábrica de Calatayud
El fabricante estadounidense de productos de consumo Kimberly-Clark ha anunciado una serie de cambios estratégicos en su negocio en Europa, donde ha decidido retirarse del mercado de pañales para centrar sus recursos e inversiones en aquellos productos y mercados con mayor potencial, lo que supondrá la venta de su planta de Calatayud, dedicada a la fabricación de pañales.
El fabricante estadounidense de productos de consumo Kimberly-Clark ha anunciado una serie de cambios estratégicos en su negocio en Europa, donde ha decidido retirarse del mercado de pañales para centrar sus recursos e inversiones en aquellos productos y mercados con mayor potencial, lo que supondrá la venta de su planta de Calatayud, dedicada a la fabricación de pañales.
"Esta decisión no es reflejo del rendimiento de la planta o de sus trabajadores", ha afirmado la compañía, que espera vender la planta aragonesa en concepto de "negocio en funcionamiento", lo que significa que los terrenos, las instalaciones, la maquinaria y los contratos de trabajo serían transferidos al nuevo propietario.
En un comunicado, el fabricante de los populares Kleenex y los pañales Huggies ha afirmado que colaborará con los trabajadores y sus representantes para garantizar el apropiado seguimiento de los procesos de consulta.
"Lamentamos que los cambios en nuestro negocio europeo nos lleven a tener que proponer la venta de la planta de Calatayud. Ninguna decisión de este tipo se toma a la ligera y, durante estos momentos de transición, todos los trabajadores recibirán un trato justo y todo nuestro respeto. Se trata de una decisión difícil, pero necesaria para mejorar nuestra competitividad y hacer de Kimberly-Clark Europa una compañía más fuerte", ha explicado el country manager de Kimberly-Clark en España, David Campos.
La empresa estadounidense ha recalcado que no ha sido capaz de hacer de ésta una actividad rentable de manera sostenible "a pesar del considerable esfuerzo, de las importantes inversiones y del tiempo dedicado".
La compañía ha informado en la presentación de sus resultados del tercer trimestre de su decisión de cerrar o vender cinco fábricas en Europa, entre ellas la de Calatayud, y transferir parte de la producción a otras instalaciones para mejorar la rentabilidad global. Como consecuencia de estas medidas, la empresa suprimirá entre 1.300 y 1.500 puestos de trabajo.
Kimberly-Clark abandonará el negocio de pañales en el Oeste y el centro de Europa, con la excepción del mercado italiano, y desinvertirá o abandonará otros negocios en algunos mercados, en la mayoría de los casos relacionados con el negocio de pañuelos de papel.
Los costes de reestructuración de estas medidas se incluirán en los resultados de 2014 y espera que asciendan a entre 250 y 350 (193 y 270 millones de dólares). Las ventas netas de los negocios que ha decidido abandonar suponen alrededor de 500 millones de dólares (386 millones de euros).
En el tercer trimestre de 2012, Kimberly Clark obtuvo un beneficio neto atribuido de 517 millones de dólares (399 millones de euros), un 19,7% más que en el mismo periodo de 2011, pese a que sus ventas descendieron un 2,5%, hasta los 5.246 millones de dólares (4.051 millones de euros).
Por su parte, en los nueve primeros meses del año logró un beneficio neto atribuido de 1.483 millones de dólares (1.145 millones de euros), lo que representa una aumento del 24,6% respecto al mismo periodo de 2011, mientras que la cifra de negocio alcanzó 15.756 millones de dólares (12.028 millones de euros), un 0,5% más.