Rosneft compra TNK-BP y supera a Exxon como la mayor petrolera del mundo
Ofensiva del Estado ruso para liderar el ranking mundial del crudo. La petrolera estatal Rosneft ha cerrado dos acuerdos, con BP y con un grupo de oligarcas rusos, para comprarles a cada uno su 50% en la sociedad TNK-BP por unos 41.000 millones de euros. La operación hace que Rosneft supere a Exxon Mobil como la empresa cotizada con mayor producción de petróleo del mundo.
Han sido semanas de especulaciones pero finalmente la operación se ha materializado. La petrolera británica BP ha acordado la venta de su participación 50% en la sociedad conjunta TNK-BP a Rosneft, una operación valorada en unos 20.000 millones de euros. Además, la petrolera estatal rusa ha alcanzado un acuerdo con un grupo de empresarios rusos, propietarios de la otra mitad de la joint venture, para adquirir el 50% restante por otros 21.500 millones de euros en efectivo. Una operación que se convierte en la tercera más importante llevada a cabo dentro del sector, tras la fusión entre Exxon y Mobil Corp y la compra de Amoco por parte de BP, ambas en 1998.
La adquisición tiene dos consecuencias inmediatas. Por un lado, catapulta a Rosneft a lo más alto del pódium de la producción de petróleo: la petrolera estatal rusa controlará un 40% de la producción de crudo del país, con cerca de 4,5 millones de barriles diarios de petróleo, superando a Exxon Mobil, hasta ahora el líder mundial por producción entre las empresas cotizadas, con 4,15 millones de barriles diarios. Pero también supone para BP salir de la sociedad conjunta rusa que ha simbolizado tanto los beneficios como los riesgos de invertir en mercados emergentes. Además, ayudará a la petrolera británica a sufragar parte de los gastos del gran vertido de crudo ocurrido en 2010 en el golfo de México y que aún pesa en sus cuentas.
BP_recibirá por el 50% de la joint venture 17.100 millones de dólares en metálico (13.000 millones de euros) y un 12,84% del capital en Rosneft. A su vez, BP reinvertirá 3.700 millones de euros en acciones del Estado ruso de Rosneft, lo que le dejará con 9.400 millones en mano y una participación en el nuevo gigante petrolero del 19,75% (incluido un 1,25 % que ya tiene), además de dos asientos en el consejo de administración del nuevo grupo.
Según el acuerdo firmado, BP y Rosneft cuentan con un periodo de exclusividad de 90 días para negociar los términos finales del acuerdo, que podría cerrarse en la primera mitad de 2013. Además, la petrolera británica se compromete a no desinvertir en Rosneft durante al menos los 360 días siguientes al cierre de la transacción.
BP invirtió 8.000 millones de dólares (6.150 millones de euros) en 2003 en la creación de TNK-BP, que integraba sus activos en Rusia con los del consorcio local Alfa Group, Access Industries y Renova (AAR), formado por un grupo de oligarcas rusos y liderado por el magnate Mijail Fridman.
La operación anunciada ayer por la petrolera estatal afianza la política llevada a cabo por el presidente ruso Vladímir Putin, que desde su llegada al poder ha recuperado el control estatal de activos energéticos que pasaron a manos de empresarios privados a bajos precios durante el proceso de privatización llevado a cabo durante la década de los noventa. Putin declaró ayer, tras una reunión con el presidente de Rosneft, Igor Sechin, que se trataba de "un gran acuerdo, que es importante no solo para el sector de la energía, sino también para la economía rusa".
Para BP, los analistas consideran que el cierre de la operación será una liberación y le permitirá superar una aventura que no ha dado los resultados esperados. Los encontronazos con sus socios de AAR han sido continuos, desde que en 2008 las disputas por la gestión de TNK-BP forzaron la destitución del director general de la joint venture, Robert Dudley. Al frente de la empresa se situó el multimillonario ruso Mijail Fridman, miembro de AAR, hasta que el pasado mayo él también dimitió. La inversión de la petrolera británica en TNK-BP le ha reportado unos ingresos por dividendos de 14.500 millones.
Putin y los oligarcas rusos
Los años noventa favorecieron el enriquecimiento de los oligarcas rusos. Empresarios que, bajo el paraguas de Boris Yeltsin, lograron el control de medios de comunicación, petroleras y acereras. La llegada de Putin al Kremlin supuso para ellos un aumento de trabas societarias y el alza de impuestos, por lo que muchos optaron por marcharse al extranjero con sus fortunas.La compra anunciada ayer supone la mayor reorganización de la industria petrolera desde que entre 2004 y 2007 el Estado liquidara Yukos, que llegó a ser la mayor empresa rusa, y transfiriera los activos a Rosneft en una subasta. El escándalo llevó a la cárcel al exmagnate Mijail Jodorkovsky.