El mañana puede esperar
Las noticias acerca del futuro de las pensiones públicas no son esperanzadoras. Las medidas ya tomadas y otras esperadas, destinadas a endurecer las condiciones para cobrar durante nuestra jubilación, o incluso las dudas sobre la sostenibilidad del sistema no parece que hayan hecho reaccionar a los españoles, que lejos de reforzar sus esfuerzos de ahorro privado colocan cada vez más en un segundo plano la necesidad de prever su futuro. La evolución menguante de las aportaciones a los planes de pensiones individuales así lo demuestra. La crisis, de nuevo, parece que tiene la culpa.
"Desde 2008 ha bajado el volumen de aportaciones de forma constante", explica Ángel Martínez-Aldama, director general de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). "En ello se ha notado la crisis financiera y luego la económica. A eso hay que añadir que desde 2010 se ha producido una congelación salarial, dos subidas del IVA, eliminación de deducciones fiscales, subida del IRPF, etc. Así, las familias con trabajo han visto reducida su renta disponible y no digamos los parados, cuyo nivel de ingresos es aún inferior".
En opinión de Martínez- Aldama, las modificaciones introducidas en la Ley de Seguridad Social -ampliación del número de años cotizados y elevación de la edad de jubilación, entre otras- tienen todavía un régimen transitorio de aplicación muy largo, con lo que el efecto psicológico se está diluyendo en el tiempo y no ha hecho reaccionar a la gente. "Dado que la aportación a un plan de pensiones del sistema individual no puede considerarse prioritario y que existe la posibilidad de poder disponer de este en el caso de desempleo de larga duración, no parece un momento económico idóneo para hacer aportaciones", interpreta Paula Mercado, directora de análisis de VDOS. No obstante, "sí que tiene interés desde un punto de vista fiscal, dadas las desgravaciones que conlleva la aportación. Cuanto antes se comience, mayores serán los rendimientos acumulados obtenidos a la edad de jubilación".
Estos instrumentos de previsión llevan años recibiendo cada vez menos dinero, una tendencia que parece que se agudiza en los últimos trimestres, con caídas en las aportaciones que superan el 30%. Es el caso de los últimos datos de Inverco, los referidos al periodo abril-junio de 2012. En este trimestre, las aportaciones fueron de 436 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2011 fueron 633 millones, un 31% más.
Las prisas malas consejeras
El cuarto trimestre del añoes tradicionalmente el másboyante para los planes depensiones. Es en la rectafinal del ejercicio cuandolas entidades hacen mayoresesfuerzos para captarnuevos clientes o bien paraque estos se animen ahacer aportaciones extraordinarias.Para ello, lesofrecen regalos o mejorescondiciones, aunque los expertosrecomiendan noconcentrar el esfuerzo deahorro en una sola vez alaño y hacerlo de forma periódicay constante. Enambos casos, las ventajasfiscales son las mismas,pero los cálculos demuestranque las aportacionesperiódicas le permitencompensar ciclos bajistascon ciclos alcistas de losmercados y, por tanto, suponenun menor riesgo deinversión.Con esta forma de ahorrarsistemática conseguiráuna inversión más estable,pues evitará el riesgo deelegir un mal momentopara invertir bajo la presióndel término del ejerciciopara lograr las ventajasfiscales. Además, para elmismo objetivo necesitarárealizar un menor esfuerzode ahorro y siempre estaráa tiempo de realizar unaaportación extraordinariacuando su bolsillo así se lopermita. En cualquier caso,si este año no se ha sentidocon fuerza económica paraseguir engordando su plande pensiones, no tienenada por qué preocuparse.Se mantienen los derechosconsolidados de los partícipes,fruto de sus aportacionesy la rentabilidad obtenida,evolucionando enconsonancia con la carterade inversiones del fondo.V.C.