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Columna
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Dos visiones de la política europea

Es fácil ser crítico con la democracia europea. La crisis financiera hace que los políticos parezcan débiles e incompetentes. Suelen ser reacios a decir a los votantes lo agradecidos que están a los mercados financieros y a los imperativos de la economía. En Alemania y Francia, los líderes tradicionales de la zona, la crisis ha jugado una larga sucesión de líneas dibujadas en la arena. Los ejemplos más recientes son el replanteamiento alemán del papel del BCE y la adhesión de Francia a la escuela de los ajustes presupuestarios.

Pero hay una forma más alentadora de contar la situación. Los votantes siguen eligiendo a los políticos, tanto de derechas como de izquierdas, que están dispuestos a abandonar los hábitos nacionales en aras de un ideal europeo. Pese a muchas predicciones, y más allá de la inflamada retórica, los partidos extremistas no han influido en la política.

Italia es presentada usualmente como el primer ejemplo de fracaso por los críticos. El Gobierno representativo abandonó Roma, y su sustituto, el tecnócrata Mario Monti, podría incluso ser reclamado otra vez tras las elecciones del próximo año. Pero por otro lado, las tradicionales divisiones ideológicas en Italia se han disuelto, el incapaz Gobierno de Berlusconi fue expulsado y los votantes aceptan la aprobación de duras decisiones.

Para los críticos, incluso Reino Unido está perdiendo lustre democrático. El partido laborista parece estar confuso, incapaz de establecer con claridad las diferencias políticas con la coalición gobernante. Desde que no hay una oposición sensata a la austeridad del Gobierno, los votantes descontentos no tienen lugar para retroceder. Pero nadie ha ofrecido una alternativa coherente que no prive al Gobierno del necesario apoyo de los mercados financieros.

En EE UU, el pensamiento fiscal extremista está representado en la campaña presidencial. Mientras todos los principales políticos europeos están de acuerdo en que merece la pena defender la Unión Europea, avanza un debate sobre la cuestión básica en EE UU: ¿qué representa el Gobierno?

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