Warner es cada vez más como EMI
La industria de la música está llena de imitaciones. Warner Music parece una de ellas, asemejándose involuntariamente a las desafinadas notas tocadas por la vieja EMI. Los profundos bolsillos del dueño multimillonario Len Blavatnik no significan que la música vuelva a jugar un papel importante en Warner.
Con EMI ahora bajo propiedad de Vivendi y con Sony de segunda, Warner ha acabado en una alejada tercera plaza de la música mundial. Al igual que EMI bajo el poder de Guy Hands, Warner está muy endeudada, creciendo a base de depender del pasado.
Hands compró la británica EMI en 2007 a un precio exorbitado, reconociendo que podría reestructurar el negocio y ejecutar una fusión con el brazo musical de Warner. Pese a que Blavatnik pagó menos por Warner, también creyó en las posibilidades de un matrimonio con EMI. Ninguno de los dos pudo cerrar un trato.
Los ejecutivos británicos John Birt y Charles Allen fueron nombrados por Hands para recortar los costes en EMI y remodelar su estrategia. El consejero delegado elegido a dedo por Blavatnik, Stephen Cooper, puede encontrar el trabajo en Warner igual de duro como lo encontraron los jefes de EMI. Cooper no ha irritado a los ejecutivos y a los artistas de la discográfica como hicieron Hands y su equipo, pero el veterano de Warner Lyon Cohen se ha marchado, siguiendo a otras salidas y dando lugar, si nada lo evita, a un éxodo al estilo del de EMI.
La falta de innovación podría dejar maniatada a Warner, como le pasó a EMI. Mientras la compañía invierte en acuerdos con artistas de gran alcance como Bruno Mars, nuevos talentos como Carly Rae Jepsen están firmando en otras partes. El enfoque podría llegar a dar frutos, pero mientras el catálogo antiguo de Warner produjo casi la mitad de las ventas totales de discos.
Su nivel de deuda también preocupa. No llega a los terribles niveles de EMI de nueve veces su ebitda. Pero 6,4 veces a 31 de marzo es un nivel nada cómodo para un negocio a la baja como la música.
Por Jeffrey Goldfarb