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Columna
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Apple, cuidado con los errores

El consejero delegado de Apple, Tim Cook, se ha disculpado por la frustración generada a sus clientes. El problema es su aplicación de mapas, llena de errores y omisiones. Los problemas en los lanzamientos no son nuevos. Steve Jobs falló en el precio del primer iPhone, lanzó demasiado pronto el servicio en la nube MobileMe y tuvo que hacer frente a la imperfecta antena del iPhone4. Pero el creciente tamaño de Apple y el aumento de la competencia hacen cada vez más importante evitar estos deslices.

Consideremos la decisión de Jobs de recortar el precio del primer iPhone en 200 dólares poco después de su salida, hace cinco años. Se arriesgó a enfurecer a los primeros compradores. Pero la escala de cualquier metedura de pata de Apple ha cambiado. Entonces, la compañía vendió 270.000 dispositivos en los primeros días. El iPhone 5 vendió más de cinco millones durante su primer fin de semana.

El fallo en la aplicación de mapas en el sistema operativo iOS6 le ha costado a Apple unos 20.000 millones de dólares de capitalización bursátil en los últimos días. No es una gran preocupación para la empresa más valiosa del mundo, valorada por encima de los 600.000 millones. Pero la omnipresencia de los iPhone y otros productos de Apple hace que cualquier problema sea más grande de lo que solía ser.

Luego está el elemento competitivo. La prematura salida de la aplicación de mapas de Apple se debe en parte al deseo de poner fin a su dependencia del servicio de Google, presente en todas las versiones anteriores de iPhone e iPad. Google tiene su plataforma Android, que alimenta a la gran mayoría de los rivales de Apple, como Samsung. El ecosistema cerrado del elegante hardware de Apple y su software fácil de usar ha sido siempre un gran atractivo de venta. Ahora, Cook ha tenido que sugerir a los usuarios que utilicen el servicio de mapas del rival hasta que Apple mejore el suyo. Si los competidores pueden aprovechar ese tiempo para mejorar sus propios hardware y software, el trabajo de Cook será más complicado.

Por Richard Beales

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