Nada que perder en Dubái
Los bancos extranjeros amenazan con traerle un dolor de cabeza a Dubái. El Royal Bank of Scotland (RBS), el Standard Bank sudafricano y el Commerzbank alemán han iniciado un contencioso contra Dubai Group, entidad en manos del líder del emirato Sheikh Mohammed. El movimiento amenaza con hacer descarrilar los esfuerzos de dos años entre 40 entidades para aceptar una reestructuración de 10.000 millones de dólares de deuda. Pero los bancos demandantes pueden permitirse las consecuencias políticas.
El emirato ha dejado colgado a Dubai Group, en contraste con los miles de millones de apoyo financiero dados a Dubai World en 2009. Los diferentes activos de Dubai Group incluyen participaciones minoritarias en bancos de todo el mundo y centros comerciales alemanes, pero no son importantes estratégicamente para el emirato. Dubai podría también estar interesado en reservar algo de dinero para una segunda reestructuración de Dubai World, que será necesaria en 2015.
No tendría sentido que un banco que quiere crecer en Dubái interponga acciones legales contra el soberano, especialmente en una región en donde este tipo de relaciones definen los negocios. Pero Dubái ya no es un activo como lo son Catar o Abu Dabi. De los tres bancos, RBS tiene la mayor presencia en la región, y ha vendido ya sus operaciones minoristas locales y no parece tener prisa para extender su cartera de crédito en el emirato.
Dubái tiene una influencia limitada sobre los acreedores que han decidido que tienen poco que perder. La propuesta actual ofrece pagar los préstamos en 12 años. Pero los tres bancos quieren acelerarlo. Su demanda para iniciar un largo proceso judicial presionará a Dubái para encontrar una solución de compromiso.
No está claro si los bancos rebeldes verán llegar el litigio hasta el final si Dubai Group no retrocede. Algunos pensaron que los bancos no irían tan lejos. En cualquier caso, los bancos no terminarán con algo peor que los términos actuales. El balón está en el tejado de Dubái.
Por Una Galani