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Moliner defiende la independencia y la labor de los magistrados

El presidente del CGPJ aboga por un nuevo estatuto para los jueces

Sin grandes boatos ceremoniales en un año de crisis, el nuevo presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Gonzalo Moliner, inauguró ayer el año judicial defendiendo la independencia de jueces y magistrados frente al poder ejecutivo. En presencia del Rey y el ministro Alberto Ruiz-Gallardón, Moliner se comprometió a marcar "las líneas básicas de un nuevo estatuto judicial".

El presidente del CGPJ aboga por un nuevo estatuto para los jueces
El presidente del CGPJ aboga por un nuevo estatuto para los juecesEFE

El nuevo presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el progresista Gonzalo Moliner, defendió ayer en la apertura del año judicial la labor e independencia de los jueces y magistrados en una época de crisis, en la que su remuneración ha descendido y el número de asuntos judiciales ha aumentado.

En presencia del rey Juan Carlos y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quien por primera vez desde su nombramiento asistió al solemne acto, Moliner aludió repetidas veces a la crisis y a su efecto en la justicia. "En estos momentos de austeridad que también alcanza y por partida doble a los integrantes del poder judicial, ya que a la reducción de sus retribuciones se une el aumento generalizado de su trabajo, es mi deseo enviar un mensaje de aliento", explicó. El nuevo presidente del CGPJ, que sustituyó en julio a Carlos Dívar, quien dimitió por el escándalo de los viajes no justificados, abogó por marcar "las líneas básicas de un estatuto judicial de acuerdo con la Constitución en la futura reforma legislativa de la Ley Orgánica".

En este sentido, Moliner manifestó no tener ninguna duda de que tanto el Gobierno actual, como el resto de las formaciones parlamentarias, "van también a aplicar sus esfuerzos en llegar a un necesario consenso de acuerdo con criterios de política de Estado en defensa del interés general".

Mayor confianza en la justicia

Para el máximo responsable del órgano judicial, una de sus primeras misiones al frente de ambas instituciones será devolver la confianza que los ciudadanos parecen haber perdido en la justicia. "En un momento en el que las dificultades económicas por las que atravesamos nos llevan a desconfiar de muchas instituciones, el poder judicial debe seguir siendo considerado como la última garantía para los derechos de los ciudadanos", afirmó.

Gonzalo Moliner fue contundente al señalar la necesidad de separar el poder judicial del ejecutivo y de los partidos políticos para ganar credibilidad en la sociedad. "La garantía del poder judicial tiene que estar establecida no solo como derecho del juez ni como un fin en sí misma, sino como medio para garantizar la imparcialidad en la adopción de sus decisiones por parte de aquel y, por lo tanto, como un derecho de todo ciudadano a que su asunto sea resuelto sin prejuicios, presiones o posiciones previas como exigencia de una justicia necesaria para el bien común", expuso en su discurso.

En este sentido, valoró de forma muy positiva la Constitución de 1978 que prohibió a jueces y magistrados afiliarse a partidos políticos y sindicatos, y que estableció que su estatuto jurídico, es decir, el régimen de derechos y obligaciones por los que se han de regir, sea regulado por una ley orgánica y no una ley ordinaria como ocurre en el resto de los funcionarios. Entre los magistrados del Supremo que le escuchaban en directo se encontraban la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, así como el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, y el de la Sala de lo Penal, Fernando Grande-Marlaska.

El Rey pide unidad y olvidarse de quimeras

Al mismo tiempo que presidía la inauguración del año judicial, la Casa Real hizo pública una carta del rey Juan Carlos, en la que insta a los españoles a actuar "unidos" contra la crisis, como una forma de salir de la "difícil coyuntura económica, política y social" y alertó de que "lo peor" que se puede hacer ahora es "dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas".El mensaje del monarca se produjo tan solo una semana después de la masiva manifestación de la Diada en Barcelona, donde se pidió la independencia de Cataluña, mensaje que fue amparado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas.El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, no quiso ahondar en la polémica y reconoció que la Generalitat no se sentía aludida por las reflexiones del monarca. "Desde Cataluña se aportan soluciones. El pueblo catalán no renunciará a su condición de nación ni a su derecho a decidir", remarcó en alusión a la reunión que mantendrán mañana Rajoy y Mas en MoncloaUna versión muy diferente de la aportada por el lehendakari, Patxi López, quien coincidió con don Juan Carlos en señalar que es hora "para sumar fuerzas y no para dividirse. Un refrendo que también obtuvo desde las filas populares. "Nos parece muy bien que el jefe del Estado marque una dirección que a nosotros, desde luego, nos parece muy oportuna", recalcó el diputado del PP, Carlos Floriano.

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