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Falleció ayer en su casa de Madrid a los 97 años

Muere Carrillo, figura histórica del comunismo y la Transición

Todos los partidos políticos reconocen la contribución a la democracia del exlíder del PCE, que falleció a los 97 años.

Santiago Carrillo, figura imprescindible para entender la transición a la democracia y la historia del comunismo español, falleció ayer en su casa de Madrid a los 97 años. Siempre con un cigarrillo en la mano, Carrillo fue secretario general del Partido Comunista de España entre 1960 y 1982.

Tras conocerse su muerte, muchos recordaron ayer que la actitud de Carrillo tras la muerte de Franco fue clave para el éxito de la transición política y la llegada de la democracia. Cuando Adolfo Suárez legalizó el PCE en 1977 en contra de la opinión de la cúpula militar, que consideraba al líder comunista un asesino, Carrillo optó por un perfil pragmático y se afanó en convencer a las élites que los comunistas españoles aceptaban el sistema democrático, la monarquía y la bandera rojigualda.

Si bien algunos politólogos auguraron que el PCE sería la fuerza mayoritaria en la izquierda, las elecciones de 1977 constataron que ese papel correspondía al PSOE.

Criticado desde dentro de su propio partido, las elecciones de 1982 marcaron el fin de Carrillo de la primera línea política. El PSOE obtuvo una mayoría aplastante mientras que el PCE solo lograba cuatro escaños. En 1985, Carrillo fue expulsado del PCE.

Desde ese momento, el histórico líder comunista participó en la vida política a través de libros, artículos y conferencias. Muchos españoles recordarán a Carrillo por ser uno de los tres políticos, junto al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez y al vicepresidente, el general Gutiérrez Mellado, que no se tiraron al suelo cuando el coronel Tejero irrumpió en el hemiciclo el 23-F .

Su retirada de la política activa no impidió que Carrillo tuviera que defenderse de las acusaciones que le responsabilizaron de la matanza de Paracuellos del Jarama, donde militares presos durante la Guerra Civil fueron trasladados y asesinados en 1936. Carrillo siempre mantuvo que los hechos se debieron a grupos incontrolados en un Madrid asediado por las tropas franquistas y sin un liderazgo claro.

Todos los partidos políticos sin excepción elogiaron ayer la figura del histórico dirigente comunista y el Pleno del Congreso dedicó un aplauso en su memoria. "Resume como nadie la República y la apuesta por la reconciliación. No se puede entender la vida democrática actual sin la apuesta de Carrillo por la reconciliación en la Transición", señaló el diputado de IU, Gaspar Llamazares.

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