Confianza minada en Oriente Próximo
Los ataques a las embajadas de EE UU minarán la confianza del inversor. Los líderes árabes estuvieron lentos al proteger las embajadas y al condenar la de la semana pasada. En medio de la indignación por un vídeo en el que se ridiculiza al profeta Mahoma, los ataques revelan el aumento de los riesgos que los inversores se encuentran en los países en transición democrática.
Los ataques mostraron la inexperiencia de los nuevos Gobiernos de islamistas moderados en las economías de la primavera árabe. El ataque mortal en Libia expuso el problema del productor petrolífero con las milicias armadas y la vulnerabilidad persistente de los Gobiernos de la región supuestamente amigos de Occidente hacia los grupos radicales.
El antiamericanismo y el islam radical son viejos riesgos para los inversores de la zona Los levantamientos árabes han aumentado el apetito y tolerancia de la región hacia la protesta. Con instituciones débiles y la negativa de los nuevos líderes a tomar una línea dura ante el miedo a una reacción interna, incluso las manifestaciones legítimas pueden perder el control.
A raíz de los ataques, los inversores sopesarán más los riesgos de la transición al considerar las oportunidades en las nuevas democracias. Los incidentes dañarán sobre todo a Egipto y Túnez. Ambos atraviesan un momento crítico y en parte dependen del turismo y de la ayuda de EE UU. Una caída en las visitas dañaría el crecimiento y la creación de empleo. Para Túnez, también podría probar su sistema bancario, que está muy expuesto al sector turístico. Egipto se encontrará con caras largas cuando tenga que discutir la ayuda de 2.000 millones de dólares que recibe anualmente de EE UU.
El presidente Obama ha dejado claro que EE UU no se retirará de la región. Con un creciente número de islamistas implicados en el sistema político, los poderes de Occidente esperarán que, con tiempo, inversión y políticas exteriores sensatas, la hostilidad desaparezca o al menos sea menos violenta.
Por Una Galini.